Lo vi caminar lentamente
por la noche
Lo vi caminar lentamente
por la noche
sosteniendo una caja de dulces y
chicles:
un chico judío de quince o dieciséis años
con grandes ojos negros y un rostro
amable.
Se metió sigilosamente en un salón
y debió haber sido ordenado al irse
porque salió puntualmente
por las puertas batientes.
Me preguntaba que estaba haciendo
lejos de un barrio judío.
( conocía las calles laterales
y los toscos en los ángulos y en las
escaleras.)
Que premio para este chico tambaleante
con su bandeja!
Me
acerqué para advertirle en contra
de dejar
la avenida brillantemente iluminada.
Me
escuchó, me miró fijamente y siguió caminando
con calma.
Lo miré con asombro y pensé: nada te ha asustado?
Ni la
toma de Jerusalén por los babilonios, ni la de los romanos ¿por los cruzados?
Ningún
pogromo en Rusia;
¿Ningún campo
de exterminio Nazi en Alemania?
¿Como
puedes seguir andando con tanta calma?
Negroes
1
One night in April or May,
his
daughter saw someone's hand
make
the curtain which was drawn tightly across her window bulge
and
ran to the adjoining room in her night clothes
where
he and his son were sitting.
He
ran around the house one way
and
his son ran the other way
and
they found a Negro
under
a workbench
within
six or eight feet of the window
holding
a piece of plank before his face—
begging
them not to shoot.
2
The
Negro was dead
when
the doctors examined him.
They
found upon his belly
bruises:
he
died, the doctor said, of peritonitis.
The
jailer testified that the Negro had been brought to the jail
charged
with burglary;
but
no warrant for his arrest was produced
and
the jailer did not know—or tell—
who
brought him.
The
Negro said that a crowd of men
had
taken him from a store to the woods
and
whipped him
with
"a buggy trace."
He
was not treated by a doctor, the jailer, or anybody:
just
put into the jail and left there to die.
The
doctor who saw him first—on a Monday—
did
nothing for him
and
said that he would not die of a his beating;
but
he did die of it on Wednesday.
Negros
1
Una noche de abril o mayo
su hija vio la mano de
alguien
y corrió a la habitación
contigua en ropa de dormir
hacer que la cortina que se
cerró con fuerza a través
de su ventana se abulte
donde él y su hijo estaban
sentados.
Corrió por la casa de una
manera
y su hijo hacia el otro
lado.
Y encontraron un negro
debajo de un banco de
trabajo
a seis u ocho pies de la
ventana
sosteniendo un trozo de
tabla delante de su cara
rogándoles que no le
disparen.
2
El negro estaba muerto
cuando los médicos lo
revisaron.
Encontraron sobre su
vientre
moretones: el doctor dijo
que murió de peritonitis.
El carcelero testificó que
el negro había
sido llevado a la cárcel
acusado por un robo;
pero no se produjo una
orden de arresto.
Y el carcelero no supo ni
contó
quién lo había traído.
El negro dijo que una
multitud de hombres
lo habían llevado de la
tienda al bosque
y lo azotaron con un rastro
de cochecito.
No fue atendido por un
médico carcelero o nadie:
solo lo metieron en la
cárcel y lo dejaron ahí morir.
El médico que lo vio por
primera vez, un lunes,
no hiciste nada por él dijo
y que no moriría de una paliza;
pero murió de eso el miércoles.
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