viernes, 27 de enero de 2023

Envejeciendo. Matthew Arnold. Traduccion Pablo Queralt.

 


Envejeciendo

 

 

Que es envejecer?

Es perder la Gloria de la forma,

El brillo del ojo?

Es para la belleza renunciar a su corona?

Si pero no esto solo.

 

 

Es para sentir nuestra fuerza?

No solo nuestra flor sino nuestra fuerza, decadencia?

Es para sentir cada miembro?

Hazte mas rígido, cada función menos exacta

Cada nervio más suelto.

 

Si esto y más pero no,

Ah no es lo que en la juventud soñábamos que seria

No es tener nuestra vida

Suavizado y suavizado como con el resplandor del atardecer,

El declive de un día dorado.

 

No es para ver el mundo

Como desde lo alto, con ojos prófeticos embelesados

Y el corazón profundamente conmovido

Y llorar y sentir la plenitud del pasado

Los años que ya no son. 

 

Es para pasar días largos

Y ni una vez sentirnos que fuimos jóvenes una vez

Es para agregar emparedado

En la prisión caliente del presente, mes

A mes con dolor del cansancio.

 

 

 

 

Es sufrir esto

Y sentir solo la mitad, y débilmente de lo que sentimos 

En lo profundo de nuestro corazón oculto

Encona el recuerdo aburrido de un cambio

Pero ninguna emoción, ninguna.

 

Es la ultima etapa de todas

Cuando estamos congelados por dentro y bastante

El fantasma de nosotros mismos

Para escuchar al mundo aplaudir al fantasma hueco

Que culpó al hombre vivo.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

9

 

 

 

Growing Old

BY MATTHEW ARNOLD

What is it to grow old?

Is it to lose the glory of the form,

The luster of the eye?

Is it for beauty to forego her wreath?

—Yes, but not this alone.

 

Is it to feel our strength—

Not our bloom only, but our strength—decay?

Is it to feel each limb

Grow stiffer, every function less exact,

Each nerve more loosely strung?

 

Yes, this, and more; but not

Ah, ’tis not what in youth we dreamed ’twould be!

’Tis not to have our life

Mellowed and softened as with sunset glow,

A golden day’s decline.

 

’Tis not to see the world

As from a height, with rapt prophetic eyes,

And heart profoundly stirred;

And weep, and feel the fullness of the past,

The years that are no more.

 

It is to spend long days

And not once feel that we were ever young;

It is to add, immured

In the hot prison of the present, month

To month with weary pain.

 

It is to suffer this,

And feel but half, and feebly, what we feel.

Deep in our hidden heart

Festers the dull remembrance of a change,

But no emotion—none.

 

It is—last stage of all—

When we are frozen up within, and quite

The phantom of ourselves,

To hear the world applaud the hollow ghost

Which blamed the living man.

 

 

domingo, 22 de enero de 2023

El Futuro. Matthew Arnold. Traduccion Pablo Queralt.

 


EL FUTURO

 

Un vagabundo

Es hombre desde su nacimiento

Nació en un barco

En el seno del río del tiempo;

Rebosante de asombro y alegría

Extiende sus brazos hacia la luz

Clava su mirada en las orillas del arroyo.

 

Como es lo que ve han sido sus pensamientos.

Ya sea que despierte

Donde nevado paso montañoso

Haciéndose eco de los gritos de las águilas

Dobladillos en sus gargantas la cama

De la corriente clara que fluye recién nacida;

Ya sea que vea la luz por primera vez

Donde el rio en anillos relucientes

Lentamente serpentea por la llanura

Ya sea en el sonido del mar que se traga

Como es el mundo en los bancos

Es en la mente del hombre.

 

 

En vano hace cada uno mientras se desliza,

Fabula y sueño

De las tierras que el rio del tiempo

Se había ido antes que despertara en su pecho

O llegara cuando sus ojos hayan sido cerrados.

Solo el tramo por donde navega

El sabe de eso; solo los pensamientos

Criados por los objetos que pasan, son suyos.  

 

Quien puede ver nunca más la verde tierra

Como era ella por las fuentes del tiempo?

Quien imagina sus campos tal como están

Bajo el sol sin usar el arado?

Quien piensa como ellos pensaron

Las tribus que entonces vagaban en su pecho,

Sus vigorosos y primitivos hijos?

 

 

Que chica

Lee ahora en su pecho tan claro

Como leyó Rebecca cuando se sentó

En la víspera junto al pozo en la sombra de las palmeras

Que guarda en su pecho

Tan profundo, tan diáfano, como un manantial

De sentir tan tranquilo, tan seguro?

 

 

Que bardo

A la altura de su visión puede considerar

De dios, del mundo, del alma

Con una sencillez tan cercana,

Tan brillante como Moisés se sintió

Cuando yacía en la noche junto a su rebaño

En la basura árabe iluminada por estrellas?

Puede levantarse y obedecer

A la entera disposición del espíritu como él?

 

 

Ese tramo que el río del tiempo

Ahora fluye con nosotros, es la llanura

Atrás quedó la calma de su orilla anterior

Bordeado por ciudades y ronco

Con mil gritos es su corriente.

Y nosotros en su pecho nuestras mentes

Se confunden como los gritos que oímos

Cambiando y disparando como las vistas que vemos.

Y  decimos que el reposo ha huido

Para siempre el curso del río del tiempo.

Que las ciudades se aglomeraran a su borde

En una línea más negra e incesante

Que el estruendo será más en sus orillas

Más denso el comercio en su corriente

Halaga la llanura donde fluye

Más feroz el sol en lo alto.

Que nunca los que están en su pecho

Ven una vista ennoblecedora

Beben de la sensación de tranquilidad otra vez.

 

 

 

Pero lo que fue antes de nosotros no lo sabemos,

Y no sabemos que sucederá.  

 

 

Tal vez el rio del tiempo

A medida que crece como las ciudades en sus márgenes

Arroja sus luces vacilantes

En una corriente mas ancha y majestuosa

Puede adquirir sino la calma,

De su temprana costa montañosa

Sin embargo una paz solemne propia.

 

 

 

Y la anchura de las aguas el silencio

De la extensión gris donde flota

Refrescando su corriente y manchada de espuma

A medida que se acerca al océano, puede golpear

Paz al alma del hombre sobre su pecho

A medida que el pálido desierto se ensancha a su alrededor

A medida que los bancos se desvanecen, se oscurecen

Mientras salen las estrellas, y el viento de la noche

Trae la corriente murmullos

Y olores del mar infinito.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

The Future

BY MATTHEW ARNOLD

A wanderer is man from his birth.

He was born in a ship

On the breast of the river of Time;

Brimming with wonder and joy

He spreads out his arms to the light,

Rivets his gaze on the banks of the stream.

 

 

 

As what he sees is, so have his thoughts been.

Whether he wakes,

Where the snowy mountainous pass,

Echoing the screams of the eagles,

Hems in its gorges the bed

Of the new-born clear-flowing stream;

Whether he first sees light

Where the river in gleaming rings

Sluggishly winds through the plain;

Whether in sound of the swallowing sea—

As is the world on the banks,

So is the mind of the man.

 

Vainly does each, as he glides,

Fable and dream

Of the lands which the river of Time

Had left ere he woke on its breast,

Or shall reach when his eyes have been closed.

Only the tract where he sails

He wots of; only the thoughts,

Raised by the objects he passes, are his.

 

Who can see the green earth any more

As she was by the sources of Time?

Who imagines her fields as they lay

In the sunshine, unworn by the plough?

Who thinks as they thought,

The tribes who then roam'd on her breast,

Her vigorous, primitive sons?

 

What girl

Now reads in her bosom as clear

As Rebekah read, when she sate

At eve by the palm-shaded well?

Who guards in her breast

As deep, as pellucid a spring

Of feeling, as tranquil, as sure?

 

What bard,

At the height of his vision, can deem

Of God, of the world, of the soul,

With a plainness as near,

As flashing as Moses felt

When he lay in the night by his flock

On the starlit Arabian waste?

Can rise and obey

The beck of the Spirit like him?

 

This tract which the river of Time

Now flows through with us, is the plain.

Gone is the calm of its earlier shore.

Border'd by cities and hoarse

With a thousand cries is its stream.

And we on its breast, our minds

Are confused as the cries which we hear,

Changing and shot as the sights which we see.

 

And we say that repose has fled

For ever the course of the river of Time.

That cities will crowd to its edge

In a blacker, incessanter line;

That the din will be more on its banks,

Denser the trade on its stream,

Flatter the plain where it flows,

Fiercer the sun overhead.

That never will those on its breast

See an ennobling sight,

Drink of the feeling of quiet again.

 

But what was before us we know not,

And we know not what shall succeed.

 

Haply, the river of Time—

As it grows, as the towns on its marge

Fling their wavering lights

On a wider, statelier stream—

May acquire, if not the calm

Of its early mountainous shore,

Yet a solemn peace of its own.

 

And the width of the waters, the hush

Of the grey expanse where he floats,

Freshening its current and spotted with foam

As it draws to the Ocean, may strike

Peace to the soul of the man on its breast—

As the pale waste widens around him,

As the banks fade dimmer away,

As the stars come out, and the night-wind

Brings up the stream

Murmurs and scents of the infinite sea.