lunes, 9 de enero de 2023

6 poemas de Thom Gunn. Traduccion Pablo Queralt.

 


El abrazo

 

 

Era tu cumpleaños, habíamos bebido y cenado

la mitad de la noche con nuestro viejo amigo

quién nos mostró en el final

una cama que encontré en un paso de ebriedad

donde al toque caí listo,

y somnoliento con la copa de vino a un costado.

 

 

Bebí, dormí. Mi sueño se rompió en un abrazo,

de repente, por detrás,

en el cuál toda la medida de nuestros cuerpos se

comprimieron

tu empeine en mis talones   

mis escápulas contra tu pecho

no fue sexo pero pude sentir

toda la fuerza de tu cuerpo

o sujetándome a mi

y aferrándome a vos

como si todavía tuviésemos 22

cuando nuestra gran pasión todavía

no era familia.

Mi rápido sueño había borrado todo

el tiempo y espacio donde sucedió.

Solo supe la permanencia de tu seguro y firme 

abrazo seco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hueso

 

Al principio fue tu gran

Halo de rulos marrones áureos

Lo que me distrajo.

Y fue una distracción

No desde el duro flaco

Cuerpo que desee

Pero desde la verdadera dirección

Que tu cara tomó lo que podía significar

Lo que estaba allí para ver.

 

Cuando vos ese segundo día,

Corriste la cortina del baño,

Otro hombre estaba ahí,

Su cabello ahogado yacía

Castigado y achatado

Y yo ví entonces claramente

Como un hueso indio de pie negro

Persistía en la mejilla

La frente, nuca, y corona

Habían remarcado el cabello

Lo que era un mero ornamento

-una burla europea.

 

Podía ser eso lo que significaba?

Esa alta rugosa piedra

Sin árboles en ella.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Líneas para mi 55 cumpleaños

 

 

El amor de los viejos no vale mucho,

esta desesperado y seco aún cuando hace calor.

No se puede decir que es entusiasmo

y que garra espasmo involuntario.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Subibaja

 

canción

 

Las noches son oscuras.

Jugamos subibaja

En el parque.

 

Mírame a mí

Y a mi amigo

pecoso

Al otro lado.

 

La tabla brillante

Entre mis piernas

Los pies flexionados hacia abajo

En las ramitas.

 

Me agacho cerca

Al suelo

Hasta que es hora:

Destinado a subir.

 

Piernas sueltas

Piernas apretadas

Caigo como la noche.

 

Como una balanza

Dar y recibir

Recibir y dar  

Mis piernas duelen.

 

Entonces terminamos

Como  comienza

Nos bajamos

Y ninguno gana.

 

 

 

 

 

 

Improvisaciones

 

 

Dije que nuestras vidas son improvisaciones y sonaba

poco rígida, liberal, en definitiva una buena idea.

Pero ese tipo de cosas es difícil de mantener:

culpable si le doy solo a los que se ven bien decidí

darle una moneda

cada vez que lo veía, qué joven tan feo

cara ancha, labios redondos y agrietados, gran frente

rayada por pelos grasientos. Un día él dijo

“siempre cumplís”, y lo hago, y lo hice,

excepto esa vez que él tenia un berrinche

golpeando a una mujer, todos alejándose

yo pretendiendo no verlo, avergonzado.

                                        Casi siempre

se posa en la acera implacable, caga

detrás de los arbustos en el parque, rara vez llora

duerme vendado contra el frío, acurrucado

sobre sí mismo como una criatura salvaje,

su agilidad mental totalmente empleada

en buscar cigarrillos, drogas, bebidas,    

o el precio de ding dongs, esquivando peleas con cuchillos,

esquivando locos y policías, su existencia

pavimentada con detalles como una épica imagista,

el único discurso impreso en tiras de periódicos

ninguno de los cuales lleva la palabra improvisación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La tranquilidad

 

 

Unos diez días más o menos

Después que te vimos muerto

Regresaste en un sueño

Estoy bien ahora, dijiste.

 

 

Y fuiste tú, aunque

Fuiste encarnado de nuevo:

Nos abrazaste todo el rato

Y nos diste tu rayo de bienvenida.

 

 

 

Tan tuyo ser amable

Buscando tranquilizar

Y, si, tan de mi mente

Hacerse segura.

 

 

 

 

 

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