viernes, 24 de agosto de 2018


TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt









NISIDA



Nisida, una roca, un ruido de mar
al chocar, contra la inmensidad del tiempo, contra los sueños
de aquellos que duermen allí, pies fijos,
ojos grandes abiertos sobre los restos de la infancia,


y sumergirse en ese ruido, y allí nadar
hasta otro mundo. Nausicaa
confiada y alegre, en la orilla…
ama soñar! Es una llave cuando faltan


todas las otras llaves de las puertas del ser,
esas mal nacidas hechas de hierro,
pues soñar, es la belleza que busca existir.


Y la belleza es amor, esa verdad
que a ustedes los toma en sus brazos, también aquí
donde se desea, ser un poco libre.







martes, 21 de agosto de 2018

TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt







LIGHT IN AN EMPTY ROOM



Yo imagino, que vuelvo, adonde yo no sé,
es a la vez lo íntimamente conocido
y un lugar extraño. Yo he vivido aquí,
no, yo no he dejado ningún rastro.


Y yo estoy infinitamente triste, pero la luz
que habita hoy todavía en este cuarto
se eleva, viene a mí. Mira nosotros estamos viejos,
me dice ella. Yo no soy más una promesa.

Por tu vida por venir yo no quiero más
hacerte creer que vida y muerte, es la misma rosa 
que florecerá una mañana,
en el sueño de dos cuerpos que se unen.


Pero, hablemos. Yo te diré en tu noche,
y cuanto de ella es acogida gracias a mí,
yo he recolocado el lienzo de mi sueño,
yo descubro mi cuerpo, todas sus estrellas.



Este sol en el cuarto vacío, es la noche,
acepta tantear en la luz,
entra para que tus ojos se abran más,
lo mismo, para que ellos emitan sus rayos.


Donde estamos nosotros, ciertamente, tu no lo sabes más,
pero aquello que tus dedos tocan, eso respira.
Abandona tus labios a mi respirar
antes de dormirte, y pon tus manos sobre mí.

No está el sol, de antiguos despertares
si quizás él no estaba ya en ese gran momento.
Como has vivido? Sería tu espejo
la ventana, la cama de la habitación vacía.



lunes, 20 de agosto de 2018




TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt








VOCES EN LA CIMA DE LOS ÁRBOLES

Esas voces, escuchá!

Si ahí en lo alto

En los árboles ?o más alto todavía?

Como saber? Es un grito

No, es una risa.

Risa y llanto a la vez.

Ellos trepan, y aquí Dios sabe por que o quizá no que Eva se esconde tan alto
que a ella la envuelve el vértigo. Adán quien de rama en rama le tiende su mano.
Los ojos cerrados, ella allí exhibe su larga pierna. La primer mano que se haya
conocido en el mundo que se haya estrechado con un pie polvoriento. Ella desciende precavidamente o no.

Yo he visto dijo ella.

Que cosa?

Yo he visto otras cosas. Todo era pequeño. Las nubes que no se mueven. Las casas.

Y para ofrecer a Adán esas otras cosas, ese fruto del árbol, subamos más arriba!

Ah, que de ramas y que de hojas que de frutos! Ellos separan las ramas para llegar
a esas otras cosas, siempre más alto. Ellos observan a lo lejos esta vez juntos. Esta
es la visión de la verdadera vida.

Ellos no descendieron más. Los niños jugaban allá en lo alto, se provocaban con gritos
y risas como no conocieron en la tierra.

Apenas ponen atención en las piedras que caen sobre ellos de no se sabe que parte más alta del mundo. Piedras de diversos colores, formas que rebotan contra las ramas a veces golpean. A veces matan.

Esa es la visión “cima de los árboles”.
  





TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt








EL PIE DESNUDO LAS COSAS

Ella arriesga, un pie desnudo después toda una pierna hacia afuera de los límites del jardín del Edén. Esto es tocar el piso.

Oh es frío!

Que es esto? Él pregunta desde el fondo del sueño.  

Como saber? Estas cosas, las cosas.

Las cosas? Que es esto?

Yo no sé. Las piedras que están en el agua que corre sobre estas cosas que son
como piedras. Yo allí remojo mi pie, esta frío.

Dime sin embargo a que se parece, esa cosa?

No sé. A todo o a nada. A lo de adentro, a lo de afuera.

Se mueve? Puede que no, respira.

Todo respira.

Si respira pero de otra manera.


Ah dime, se endereza, abre los ojos.

De otra manera? Allí no moviéndose. O rodando de piso en piso. Yo la empujo
con el pie, la cosa, desciende las escaleras, oímos sus saltos sobre cada escalón, con
un momento para detenerse donde dobla la escalera, te acuerdas. Pero esta silencioso
a pesar del ruido. 

Yo recuerdo. De día se deslizaba entre las persianas cerradas. Era la mañana temprano, hacía frío.

Yo oía esos ruidos en la escalera, yo tenía miedo.

No temas más, mi amiga, volvamos a dormir. Porqué imaginarse
que había mundos?

Pero tu existes! no?

Es que yo sé si existo? Nosotros salimos, es verdad nosotros
fuimos por el prado, pero no había más. Y ese granizo a veces sobre la hierba. Las lagrimas son ese granizo derretido.

Yo oigo los ruidos, yo creo que las vendimias comienzan! Ven a la ventana, nosotros vemos, nosotros veremos. Yo tocaré el pie oh distraídamente y doblado bajo la ventana.

Yo tengo mucho cariño por ti.

Y yo estoy sentado muy cerca de ti sobre la cama. Es el amanecer, no es así?
Yo toco con mi pie desnudo una loza fría.    











TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt





LA VÍA LÁCTEA


Esto es dormir, mi amigo?

Si. Esa sábana que nosotros habíamos tendido son las estrellas.

Yo extiendo mi brazo. Esa es tu mano?

Lo sé yo?

Tu pie toca mi pie. Esa Casiopea, no es Alfa de Centauro no es la constelación
de la Virgen. Oh tómame.

Tu eres mi pequeña hermana.

Yo lo era. Todos esos mundos que se deslizan hacia arriba de nosotros!

Es el fondo del cielo.

Y esas barcas más altas todavía! Como los planetas, las estrellas,
toma mi mano remontemos las juntos.

Oh, eres un brazo de fuego! Y su espejo.

Cuando yo era una niña pequeña, en la noche yo miraba al cielo. Tu estabas allí
acurrucado sobre ti mismo como una bestia lista a saltar. Yo me preguntaba es Casiopea?      
Todo se había deslizado en silencio. Padre y madre habían partido. Yo estaba sola.


Yo te llamo.

Y nosotros tomamos ese pequeño sentir era el cielo, yo iba con los pies desnudos. El pedregullo me hacía mal.

Mira esos otros seres de no sé donde parados en lo alto en sus barcas. Ellos tienen varas.
La sumergen dentro de eso que parece la luz. Esas varas nos rozan y nosotros
las apartamos. Tocando tiernamente tu hombro.


A los seres, no.


Yo te tengo desnuda bajo mi brazo. Es el centro de la vida.




TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt




Adentro, afuera?
                            

                                                I



Huimos, si por allá! Al costado de la ropa interior que se seca.

Tantos colores! Esta camisa, roja esas otras azules. Esas blancas
de toda suerte de blanco. Ese guante de toilete que queda sobre
la hierba.

Ellos ríen. Ellos juegan a hacer colores, a vestirse con ellos.
A lanzarse en una bola de color. El conmovedor vuelo donde se arrojan
el uno sobre el otro hasta arrancarse a plenas manos el rojo, el azul soplo
precipitado de las bocas aproximadas.

Y mientras tanto ese viento de la noche en la ropa interior que se mueve. 

Un trapo se soltaba, se volaba, no, volvía a caer en gran ruido. Pasaba entre esos dos grandes trapos que crujían mojados todavía. Su blancura se pierde donde comienza la sombra. Allá donde ellos ven el sol esconderse. Ese es el cuadro.

Y justamente el cuadro esta detrás de su atril. Una paleta que él retiene con una mano
a causa del viento. La otra la derecha trata de pintar.

Es la variante: la ropa tendida.




                                                  II



Y si estaba por aquí ?


Una puerta, es verdad. Ellos la empujan hacia fuera. Todo
se hace afuera, el gran llano de afuera, desconocido con sus  bestias
a lo lejos que parece pensar en otra cosa.


Y allá delante de ellos un niño todavía uno en lo alto suspendido
sobre un muro delante del cielo. El sonrió. El le tiró del pullover,
del jean, una vieja ropa negra deshilachada.

Ponte eso le dijo. Ellos lo hicieron. Ellos se miraron, ellos estallaron de risa, 
ellos también.



Y ahora, suben!


De hecho ellos corren y trepan. Ellos aquí sobre una terraza.

Y sobre esa terraza otro muro con el niño todavía allí subido,
muy agitado. Que hacía él? Adivina. El sacaba fotos, en los lugares que se esparcían.
Qué triste es dilapidar esas imágenes. De blanco, de negro, toda una vida.

Eso por ejemplo, inclúyelo.

Pero eso es muy grande padre.      

Un pequeño muchacho en un puerto marino, en efecto muy atento a causa de aquello
que se le pidió para la duración de la pose.

La visión fotográfica.








domingo, 19 de agosto de 2018

TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt







  
LA SEPTIMA ESTRELLA


Es latin?

No, es demasiado cambiante.

Es griego?

Yo allá aproximé la mano con confianza, sabe Dios!
Pero ha procurado morderme.

Y allí por lo bajo? Una voz?

No, es un ruido.

Es una voz, ya te dije. Un ruido puede ser,
pero con la risa  en ella… no llanto.

Un voz? Más bien un astro de la noche.

Vamos entonces! Tan grande, tan agitado?

Es su reflejo, sobre el agua. Cuando la luna esta sobre el agua
invade el estanque, la mar se desborda, los locos gimen.


Mira es su cabeza allí chorreando. Y ella nos mira. Soy yo. Soy yo.

Yo tengo miedo.

No a nada miedo. Ella tiene dos manos que son suaves.
Tú allí posas tu frente, tus sueños se desvanecen.
Incluso tu la llevas en tus brazos.

Ella será quién soy? Incluso yo existo?

Ella lo sabe todo. Se levanta por la mañana,
ella apoya su pie desnudo sobre las losas,
ante el mundo.

Entra ella a la estación? Su creciente ruido
desde hace un momento en el campo. Y todo
alrededor era el desierto, en esos años,
porque apenas si era de día, nosotros 
teníamos sobre la espalda nuestras grandes mochilas.


Es verdad que ella es también esta niebla
que tu amabas, a través de los viñedos.
Este pájaro que parecía acompañarte cantando,
volando cerca de ti de árbol en árbol.


Había charcos, había llovido. Dime tu nombre
Mi nombre? Tu sabes bien que es un nombre?


Alguna cosa, como un reflejo,
el canto de las ranas en el agua,
esos gritos a continuación por debajo, esos chapoteos,   
y esa luz amarilla que se mueve, que va aumentando.
No me digas tu nombre! Acepta que es la séptima
estrella y que todo alcanza un fin.









TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt








USTED TODAVÍA!


Hola? Usted, todavía?

Si, yo le pido perdón.

Perdón de que? de existir?

Casi. Hay días en que me siento tan cerca de usted.
Nosotros tenemos el mismo jardín. Y como usted,
en el suelo delante del sótano yo llenaba de tierra
estas pequeñas cajas de hierro, el borde dentellado.
Hubo pequeños caracoles blancos en esta tierra.

Nosotros que nunca habíamos visto el mar.

Pero tu tenías tus formas de imaginarlo. Una manta extendida en todo su largo,
pero un poco levantada por dos ladrillos colocados detrás. Tu estabas
de rodillas, con las canicas en tus manos, las lanzabas sobre la manta,
se volvieron a ti, zigzaguearon, fluyendo de nuevo a él que era el mar. 

Más tarde le dije, quédate no me dejes, hoy no!
Pero ella se deshizo en risas. Sus manos
estaban llenas de agua, caía la noche.
Nuestra barca se deslizaba hacia
donde? Nosotros no sabíamos nada
en esa oscuridad.

Tu siempre has preferido
las palabras a las cosas.


Yo no! Yo sabía tan pocas palabras!
Es verdad que yo no tenía más que pocas cosas.
Y ellas eran todavía menos.

Ella? Era de noche. Ella golpeó el vidrio.
Yo abrí, su cabeza inmensa
ocupó la ventana de arriba abajo.
Yo tenía miedo.


Ella golpeó todavía, tú la vuelves a abrir de nuevo.

Yo creo en una belleza dispersa en el mundo.
Todo lo que tenemos, son dos mantas que están mal atadas,
tu le das golpes, ellas caen.










                             TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt






HOLA, SI?

Hola, si?

Yo quisiera hablarle.

Quién es usted?

El rojo, todo un cielo rojo.

Aclárelo de otra manera.

Bueno, ese arroyo. En la hierba, con los residuos
del carbón. Oh, especialmente los trozos,
como decíamos la otra vez, los trozos rotos.
El agua los mueve son bellos. Estoy allí por casualidad,
yo pongo mi mano en todos esos reflejos, yo recojo
un pedazo de carbón. El azul que corta el negro.

Es este mi libro, si?

Un libro. Otra vez, téngalo pues era para usted,
estaba la reja cerrada. La noche caía,
y no se veía nada en el jardín por la reja,
pero yo sentía que una bestia, un lobo, no?  Iba y venía
al lado mío. He leído varios de sus libros.

Quién es usted?

Lo sé yo? Es que yo sé quién es usted?

Usted tiene la forma de un árbol de la noche,
ante el cielo, cuando no hay más
que un resto de luna.

Y aquello allí que es?

Aquella? Esa de las rodillas desnudas.
Que esta sentada en la hierba, creo.
Esa que sonríe, tu ves bien.

Esa?

Si y que ahora esta estirada, y desabrocha su vestido.
Que es como un tren que vendrá de lejos,
de infinitamente lejos, en la noche. Escucharemos su ruido,
dejará de crecer. 







                            TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt







                                                         MÁS LEJOS, MÁS ALTO




Donde estamos nosotros? Yo no te veo más.

Yo, yo veo el blanco. Todo blanco. Eres tu?

Ven más cerca!.

Imposible, hay escalones, que resbalan.

Yo te tendré la mano.

Son todos escalones! Donde me estas llevando.

Mira el día se eleva.

El día? Esta agua?

Si el día, tu ves bien. Es rojo.

Rojo? No, es azul, nada más que azul, es un azul
muy oscuro.

Es rojo.

Rojo? Yo creo que los colores…

Son que cosa? Dime pronto.

Los hombres, las mujeres! Cuando
yo era pequeño, el sol se levantaba detrás de la casa. La llenaba
de un solo golpe. Nosotros corríamos casi, desnudos
de una habitación a otra.  


El color, es eso?

Ellos que nos acechaban en la puerta
tendían sus manos.
Yo amaba el rojo por que era
una mujer. El azul me llevó sobre su espalda,
yo me golpeé los brazos…

Por que tu no dices más nada?

Yo me acuerdo.

Estos perros, allá abajo! Se iban sobre ti.
No sobre mí. Ellos te devorarían.

Yo me extendía sobre mi cama de niño, mi amigo. Mi rostro
que tu tienes entre tus manos, yo te lo ofrecería también.
Tu te erguirías sobre la piedra, no me devorarían.

Sube, sube!

No te vayas.

Pero sí, si yo me fuera, sería fatal.










                     
                         

                             TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt








                                                             LA OSA MAYOR




                                                      Es que hace frío?

                                                     Yo no sé, si, puede ser.

                                                     Es por eso que me tienes junto a ti?

                                                     Sí, no temas.

                                                    No me dejes estoy tan asustado!

                                                   Que te hace pensar que te quiero dejar?

                                                   No, pero donde estás? Donde estamos?

                                                  Yo no sé. En el cielo.

                                                  Estas seguro? Mis pies se hunden en el agua.

                                                  Es el agua del cielo.

                                                 Yo escucho voces. Gritos.

                                                 Voces? Yo también, tengo miedo.

                                                 Mira a la izquierda! El color!

                                                 Sujétame sujétame bien.

                                                Y esa gente en la ruta! es noche de fiesta?

                                                No, es la manada, inmensa.

                                                No, son niños. Nada más que niños. Yo tengo miedo.

                                               Agárrate bien a mi cuello. Hablemos entonces!

                                              Qué es esto, el fuego?

                                              Yo no sé. Lo mismo que esas estrellas, puede ser.

                                               Me pregunto porqué el cielo esta tan cerca en la noche.

                                              Yo, no me pregunto más nada. Yo observo. No, ni siquiera.

                                              Entremos en esta habitación. Pero esto es agua!

                                              Vamos a chapotear. Vamos a gritar. Se entenderá todo.

                                             Tu, si. Yo, yo me adelanto. Yo no volveré más.

                                             Oh, no me dejes más. Las estrellas brillan, el cielo se mueve.








                              TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt


                       
               

                                                              

                                                            Y ESO, TODAVÍA?






Que es esto, dime?

Un hombre, una mujer.

Tu piensas?

Me parece, estas alas…

No son alas.

Es el efecto que hace el humo. Y ese fuego que se reaviva!

El cielo arde!

Yo no lo veo, tú dices todavía!

Una piedra.

No, es demasiado grande y hay agua en ella
se desborda.

Pero es hermoso! Esto me podría ser suficiente. 

No, es demasiado… como decir? Es demasiado abierto.

Entonces que? Dios?

No, ni siquiera.

Define tu pensamiento.

Hoy no…esta puede ser una abubilla?

Inmóvil como está? A quedado dormida en el camino?
A quedado atrapada, como tu imaginas?



Hace calor. Escucha!

Si, yo escucho. Es una música.

No, mi amigo, son sus lagrimas. Me temo que no es más que un niño pequeño
que estaba sentado en el banco y llorando.

Guárdalo en tus brazos! Colócalo en algún lugar. Como, en este árbol?

Se perdería. Tantos caminos hay en los árboles! Olvídalo!

De ello me crees capaz? Una tortuga!

Vamos entonces!

No es una tortuga? Con sus alas?

Las tortugas, no tienen alas.

Ah, yo no sé más, yo no sé más. Las cosas se ríen, se ríen
de nosotros, se hunde el suelo, cae el cielo. 

 



sábado, 18 de agosto de 2018

                                   


POEMAS PARA TRUPHEMUS - Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt










                                               DE OTROS CUADROS



Una última vez, la habitación, el jardín.
Un poco del día se desliza sobre la alcoba.
El color, ese coraje de sobrevivientes,
puede revivir lo que ya no es?


Por otra parte en esos cuadros que no existen  más,
un árbol crece entre dos cuerpos
que el pintor quería casi confundido.
Un árbol, no, varios, toda una tierra.

Y en ellos, esos colores: que nosotros enseñamos
que la vida no sabe nada de mundos peligrosos.
Que ella planeaba por arriba, que ella protegía
todo lo que nosotros amamos y que nos ama.

Azul, dice el rojo sombrío, ven cerca de mí.
Inhalemos para imitar la vida.
No, para que ella renazca de nuestras cenizas
y que la luz sea hija de nosotros.












                       TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt




LOS CUADROS


Pero si son ustedes, colores, eres tu luz
ustedes son cuando él abre los ojos
delante del día. Ustedes estaban de vigilia
cerca de él durante la noche toda la noche

y removían las manos en esa agua, el sueño
que eran las olas, que se escuchaban
los círculos de un secreto, que ustedes
sus próximos, presentían en él y estaban
haciendo suyos.

La tierra es solo lo excedente del sueño,
una vestimenta que se mueve en el cuerpo
de aquello que tiene bello perecer,
que nunca cesa.

Misteriosos estos pliegues. Eso que ellos tenían.
Es el sol de la noche detrás
de esos árboles  
es la almendra de lo invisible que se abría.










                     POEMAS PARA TRUPHEMUS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt






                                                                 UN CAFÉ



Ese hombre y esa mujer,
su largo silencio inquieta la luz,
el viento sobre sus manos, que están inmóviles.
Pintor, anima sus dedos
con un poco de color claro. Que sea
ya como un resto de día en la noche que cae.


Y uno, luego,  
se moverá y temblará. La mesa
es el ángulo, justo debajo de las ventanas
por las cuales son visibles los altos
del cielo de la noche.


Esos cristales? No un prisma. Y su rayo
que busca en la penumbra
de la habitación.
Aquí nada más que el mundo. Allá, afuera el exterior,
la esperanza que vuelve
fatigada por su larga jornada,
por cualquier lugar de la ciudad.


Ah, mis amigos
pasen, todo es un río. Como aprender
a vivir, es decir a morir? Un poco de tiempo
para eso cuando el café esta cerrado.
Tantos malentendidos! Pero sobre el lienzo
que parece inacabado, estos vasos vacíos
pero que brillan, un poco. Esto puede ser el anillo,
de dos vidas que se fusionan.












                           



POEMAS PARA TRUPHEMUS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt



                                               LA SALA, EL JARDÍN



                                               I


Esta pieza cerrada.
Desde antes del tiempo. Los muebles, el sueño.
Se hablan en voz baja. La luz
tiende una mano a través de los cristales.
De un azul extinto, el vaso
sobre la mesa despierta.

Pintor, tu eres el único que teniendo recuerdos,
puede entrar hoy aquí.
Tu sabes quien ha ordenado en lo eterno,
el desorden de los trapos, recubriéndolos
de telas donde se desvanecen las imágenes.

Entra,
alienta el silencio que tu eres,
entra con este rojo vinoso, este ocre amarillo
este azul de otros años,
haz que ellos tomen de la mano la luz
que los guían! Ellos le muestran algunas flores
con oro de hojas secas.
Tiene en su dedo como su memoria este anillo.

Tu vas a permanecer allí, hasta esta noche.
Es más, pinta, que devuelva vida,
es dar existencia, así impalpable,
casi invisible, esta mano que en la oscuridad
toma la tuya.



                                                       II




Y habiendo vivido, allá
cuando tu vuelves a salir, que sea tu trabajo
mirar el cielo por encima de los árboles,
desde las hojas, verde oscuro. Desde este banco
en donde el color se mezcla,
y el azul oscuro acerca un poco de rosa.


Se trata de la vida y de la muerte.
Y de uno que venía, graciosamente,
a cierta hora de la noche para leer,
una hora, en este cómodo sillón, antes
que cese el derecho a no inquietarse
por el paso del tiempo.


Una hora, casi una hora. Es como si
cualquier cosa pueda ser un guante,
estaba caído de rodillas. Y sin
soñarlo para verlo, como si con una
mano, ella había buscado distraídamente,
en el fresco de la hierba.


Lo más cercano
lo más próximo. Lo más retirado 
en el pasado encantado el instante presente.
Esto se sabe en el color, donde nada cesa.



                                   III




Esa noche, la luz
anidó en el sueño y esa mañana
eso fue un mundo, y hacia la noche
lo mismo ese vestido atenuado con un poco de rosa,
esa mirada que le pide a un jardín
que todavía demore un poco al tiempo.


Pintura, sillón vacío, libro que quedó abierto.
Bajo las primeras gotas, amplias, calidas,
el color se ilumina. Ella recoge
es un guante, alguna cosa sobre la hierba crecida.


La hierba de tu jardín, pintor, mi amigo.
Ella también crece? Su verde inmenso
recubre el mundo del que tu huyes?
Si, pero, mira un animal ha dormido aquí,
la hierba esta aplastada, ha dejado un hueco
es como un signo, el signo es más
que lo que se fue, que la vida
que pasa, que la canción en la ruta
la tardanza de la noche.


Detectado el pincel en la sombra
de esta hierba da a conocer con nosotros
el ser simple de un signo:
este sueño, no, este oro,
haciendo de aquello que fue lo que quedó.






viernes, 17 de agosto de 2018

TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt





                                                       III




Mis prójimos, yo les lego
la certeza inquieta de que he vivido
esta agua oscura atravesada de reflejos dorados.
Porque, si todo no fue un sueño, no es así?
Mi amigo, nosotros unimos bien nuestras manos confiados,
nosotros habíamos bien dormido el verdadero sueño,
y la noche tenía estas dos nubes,
que se abrazaban, en paz, en el cielo claro.
El cielo es hermoso, la noche, es por causa de nosotros.

Mis amigos, mis amados,
yo les lego los dones que me confiaron
esta tierra próxima al cielo, nos une
por estas manos innombrables, el horizonte.
Yo les lego el fuego que nosotros contemplamos
quemar en el humo de las hojas secas
que un jardinero de lo invisible había empujado
contra un muro del hogar perdido.
Yo les lego estas aguas que parecen decir
el hueco, en lo invisible, del barranco
que es el oráculo la nada que ellos llevan
y la promesa del oráculo. Yo les lego
con unas pocas brasas
esta ceniza apilada sobre el hogar apagado,
yo les lego el desgarro de las cortinas,
las ventanas que se entornan,
el ave que quedó atrapada
en la casa cerrada.



Que he de legar? Eso que yo he deseado,
piedras calientes de un umbral bajo los pies desnudos
el pie del verano en sus repentinas lluvias,
el Dios en nosotros que no hemos tenido.
Yo he legado algunas fotografías,
en una de ellas,
pasas cerca de una estatua que estaba
una joven mujer y sonriente con su niño que regresa
por la repentina lluvia de ese día,
nuestra señal de reconocimiento mutuo
y en la casa vacía, nuestro bienestar
que se mantiene cerca de nosotros en la espera
de nuestra necesidad de él en el último día.