Una vía de Londres
Han regado las calles
Brilla en el resplandor de las lámparas,
Lámparas blancas y frías,
Y mentiras Como un río
lento
Barreado de plata y negro.
Los taxis bajan
Uno
Y luego el otro,
Entre ellos escucho el arrastrar de pies.
Los vagabundos dormitan en los alféizares de las ventanas,
Los caminantes nocturnos pasan por las aceras.
La ciudad es escuálida y siniestra,
Con la calle de barrotes de plata en medio,
Movimiento lento,
Un río que no lleva a ninguna parte.
Frente a mi ventana
La luna corta,
Clara y redonda
A través de la noche color ciruela.
Ella no puede iluminar la ciudad :
Es demasiado brillante
Tiene lámparas blancas
Y brilla fríamente.
Me paro en la ventana y observo la luna
Ella es delgada y sin brillo
Pero yo la amo.
Yo conozco a la luna
Y esta es una ciudad alienígena.
A FAIRLY TALE
On winter nights beside the nursery fire
We read the fairy tale, while glowing coals
Builded its pictures. There before our eyes
We saw the vaulted hall of traceried stone
Uprear itself, the distant ceiling hung
With pendent stalactites like frozen vines;
And all along the walls at intervals,
Curled upwards into pillars, roses climbed,
And ramped and were confined, and clustered leaves
Divided where there peered a laughing face.
The foliage seemed to rustle in the wind,
A silent murmur, carved in still, gray stone.
High pointed windows pierced the southern wall
Whence proud escutcheons flung prismatic fires
To stain the tessellated marble floor
With pools of red, and quivering green, and blue;
And in the shade beyond the further door,
Its sober squares of black and white were hid
Beneath a restless, shuffling, wide-eyed mob
Of lackeys and retainers come to view
The Christening.
A sudden blare of trumpets, and the throng
About the entrance parted as the guests
Filed singly in with rare and precious gifts.
Our eager fancies noted all they brought,
The glorious, unattainable delights!
But always there was one unbidden guest
Who cursed the child and left it bitterness.
The fire falls asunder, all is changed,
I am no more a child, and what I see
Is not a fairy tale, but life, my life.
The gifts are there, the many pleasant things:
Health, wealth, long-settled friendships, with a name
Which honors all who bear it, and the power
Of making words obedient. This is much;
But overshadowing all is still the curse,
That never shall I be fulfilled by love!
Along the parching highroad of the world
No other soul shall bear mine company.
Always shall I be teased with semblances,
With cruel impostures, which I trust awhile
Then dash to pieces, as a careless boy
Flings a kaleidoscope, which shattering
Strews all the ground about with coloured sherds.
So I behold my visions on the ground
No longer radiant, an ignoble heap
Of broken, dusty glass. And so, unlit,
Even by hope or faith, my dragging steps
Force me forever through the passing days.
Un cuento de Hadas
En las
noches de invierno junto al fuego de la guardería
Leemos el
cuento de hadas, mientras los carbones encendidos
Construían
sus cuadros. Allí ante nuestros ojos
Vimos la
sala abovedada de piedra tracerada
Arriba
mismo, el techo distante colgaba
Con
estalactitas colgantes como vides heladas
Y a lo largo
de las paredes a intervalos,
Enroscadas
hacia arriba en pilares, las rosas treparon
Y en rampas
fueron confinadas, y las hojas agrupadas
Dividían
donde se asomaba una cara sonriente
El follaje
parecía susurrar con el viento,
Un murmullo
silencioso, tallado en piedra gris y quieto.
Altas
ventanas puntiagudas perforaron la pared sur
De donde
orgullosos escudos arrojaban fuegos prismáticos
Para teñir
el suelo de mármol teselado.
Con charcos
de verde, rojo y azul temblorosos;
Y en la
sombra más allá de la puerta más lejana
Sus sobrios
cuadrados de blanco y negro se escondían.
Debajo de
una multitud inquieta, arrastrando los pies y con los ojos muy abiertos
De lacayos y
sirvientes vienen a ver
El bautizo.
Un sonido
repentino de trompetas, y la multitud
Sobre la
entrada se separaron como invitados.
Presentándose
individualmente con regalos raros y preciosos.
Nuestras
ansiosas fantasías notaron todo lo que trajeron.
Las delicias
gloriosas e inalcanzables!
Pero siempre
había un invitado espontáneo
Que maldijo
al niño y le dejó amargura.
El fuego cae
en pedazos todo cambia
Ya no soy un
niño, y lo que veo
No es un
cuento de hadas sino la vida, mi vida.
Los regalos
están ahí, las muchas cosas agradables:
Salud,
riqueza, amistades arraigadas desde hace mucho tiempo, con un nombre
Que honra a
todos los que lo llevan, y el poder
De hacer
obedientes las palabras. Esto es mucho;
Pero
eclipsar todo sigue siendo la maldición
Que nunca
seré colmada por el amor!
A lo largo de la carretera tórrida del mundo
Ninguna otra
alma soportará la mía.
Siempre seré
objeto de burlas con apariencias.
Con
imposturas crueles en las que confío un rato
Entonces
corre a pedazos como un niño descuidado
Arroja un
caleidoscopio, que hace añicos
Esparce todo
el suelo con tiestos de colores.
Así que
contemplo mis visiones en el suelo
Ya no
radiante, un montón innoble
De vidrios
rotos y polvorientos. Y así, sin luz
Incluso por
esperanza o fe mis pasos de arrastre
Me forzaron
para siempre a través de los días que pasan.
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