TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción
Pablo Queralt
VOCES EN LA
CIMA DE LOS ÁRBOLES
Esas voces,
escuchá!
Si ahí en lo
alto
En los árboles
?o más alto todavía?
Como saber?
Es un grito
No, es una
risa.
Risa y
llanto a la vez.
Ellos
trepan, y aquí Dios sabe por que o quizá no que Eva se esconde tan alto
que a ella
la envuelve el vértigo. Adán quien de rama en rama le tiende su mano.
Los ojos
cerrados, ella allí exhibe su larga pierna. La primer mano que se haya
conocido en
el mundo que se haya estrechado con un pie polvoriento. Ella desciende
precavidamente o no.
Yo he visto
dijo ella.
Que cosa?
Yo he visto
otras cosas. Todo era pequeño. Las nubes que no se mueven. Las casas.
Y para
ofrecer a Adán esas otras cosas, ese fruto del árbol, subamos más arriba!
Ah, que de
ramas y que de hojas que de frutos! Ellos separan las ramas para llegar
a esas otras
cosas, siempre más alto. Ellos observan a lo lejos esta vez juntos. Esta
es la visión
de la verdadera vida.
Ellos no
descendieron más. Los niños jugaban allá en lo alto, se provocaban con gritos
y risas como
no conocieron en la tierra.
Apenas ponen
atención en las piedras que caen sobre ellos de no se sabe que parte más alta
del mundo. Piedras de diversos colores, formas que rebotan contra las ramas a
veces golpean. A veces matan.
Esa es la
visión “cima de los árboles”.
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