TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción
Pablo Queralt
III
Mis
prójimos, yo les lego
la certeza
inquieta de que he vivido
esta agua
oscura atravesada de reflejos dorados.
Porque, si
todo no fue un sueño, no es así?
Mi amigo,
nosotros unimos bien nuestras manos confiados,
nosotros
habíamos bien dormido el verdadero sueño,
y la noche
tenía estas dos nubes,
que se
abrazaban, en paz, en el cielo claro.
El cielo es
hermoso, la noche, es por causa de nosotros.
Mis amigos,
mis amados,
yo les lego
los dones que me confiaron
esta tierra
próxima al cielo, nos une
por estas
manos innombrables, el horizonte.
Yo les lego
el fuego que nosotros contemplamos
quemar en el
humo de las hojas secas
que un
jardinero de lo invisible había empujado
contra un
muro del hogar perdido.
Yo les lego
estas aguas que parecen decir
el hueco, en
lo invisible, del barranco
que es el
oráculo la nada que ellos llevan
y la promesa
del oráculo. Yo les lego
con unas
pocas brasas
esta ceniza
apilada sobre el hogar apagado,
yo les lego
el desgarro de las cortinas,
las ventanas
que se entornan,
el ave que
quedó atrapada
en la casa
cerrada.
Que he de
legar? Eso que yo he deseado,
piedras
calientes de un umbral bajo los pies desnudos
el pie del
verano en sus repentinas lluvias,
el Dios en
nosotros que no hemos tenido.
Yo he legado
algunas fotografías,
en una de
ellas,
pasas cerca
de una estatua que estaba
una joven
mujer y sonriente con su niño que regresa
por la
repentina lluvia de ese día,
nuestra señal
de reconocimiento mutuo
y en la casa
vacía, nuestro bienestar
que se
mantiene cerca de nosotros en la espera
de nuestra
necesidad de él en el último día.
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