sábado, 18 de agosto de 2018

                     POEMAS PARA TRUPHEMUS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt






                                                                 UN CAFÉ



Ese hombre y esa mujer,
su largo silencio inquieta la luz,
el viento sobre sus manos, que están inmóviles.
Pintor, anima sus dedos
con un poco de color claro. Que sea
ya como un resto de día en la noche que cae.


Y uno, luego,  
se moverá y temblará. La mesa
es el ángulo, justo debajo de las ventanas
por las cuales son visibles los altos
del cielo de la noche.


Esos cristales? No un prisma. Y su rayo
que busca en la penumbra
de la habitación.
Aquí nada más que el mundo. Allá, afuera el exterior,
la esperanza que vuelve
fatigada por su larga jornada,
por cualquier lugar de la ciudad.


Ah, mis amigos
pasen, todo es un río. Como aprender
a vivir, es decir a morir? Un poco de tiempo
para eso cuando el café esta cerrado.
Tantos malentendidos! Pero sobre el lienzo
que parece inacabado, estos vasos vacíos
pero que brillan, un poco. Esto puede ser el anillo,
de dos vidas que se fusionan.












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