Por el pozo de vivir y ver.
Parte 2- Sección 28. Durante la segunda
guerra mundial.
Durante la segunda guerra
mundial, iba a casa una noche
a lo largo de una calle que
rara vez usaba. Todas las tiendas
estaban cerradas salvo una:
una pequeña tienda de frutas.
Un viejo italiano estaba
adentro para atender a los clientes.
Mientras le pagaba ví que
estaba triste.
Estás triste, le dije, ¿que
te preocupa?
Si, dijo, estoy triste.
Luego añadió
en el mismo tono monótono,
sin mirarme:
“Mi hijo se fue hoy al
frente y nunca lo volveré a ver”
¡No digas eso! Yo
dije. ¡Por supuesto que lo harás!
“No” respondió.
“Nunca lo volveré a ver”.
Posteriormente
cuando terminó la guerra,
me encontré una
vez más en esa calle
y de nuevo era
tarde en la noche, oscuro y solitario;
y de nuevo ví solo
al anciano en la tienda.
Compré algunas
manzanas y lo miré de cerca:
su rostro delgado
y arrugado estaba sombrío
pero no
particularmente triste, “Que tal su hijo?” le pregunté.
“Volvió de la guerra?” “Si” respondió.
“¿No estaba herido?’
“No. Él está bien ”.
The English in Virginia , April 1607
They landed and could
see nothing but
meadows and tall
trees—
cypress, nearly three
fathoms about at the
roots,
rising straight for
sixty or eighty feet
without a branch.
In the woods were
cedars, oaks, and
walnut trees;
some beech, some elm,
black walnut, ash,
and sassafras; mul-
berry trees in
groves;
honey-suckle and
other vines
hanging
in clusters on
many trees.
They stepped on
violets and other
sweet flowers,
many kinds in many
colors; straw-
berries and rasp-
berries were on
the ground.
Blackbirds with red
shoulders were
flying about
and many small birds,
some red, some blue;
the woods were full of deer;
and running
everywhere
fresh water—
brooks, rundles,
springs and creeks.
In the twilight,
through the thickets
and tall grass,
creeping upon all
fours—the
savages, their
bows in their
mouths.
El ingles en Virginia Abril 1607
Aterrizaron y pudieron
ver nada más que
prados y árboles altos
cipreses de casi tres
brazas en las raíces,
subiendo casi directamente
por sesenta u ochenta pies
sin una rama.
En el bosque habían
cedros roble y nogales:
alguna haya, algo de olmo,
nogal negro,
y sasafrás; árboles de mora
en arboledas;
madreselvas y
otras enredaderas colgando
en grupos en muchos árboles.
Ellos pisaron
violetas y otros
flores dulces,
de muchos tipos en un montón
de colores.
Frutillas
y escofinas de bayas
estaban sobre el campo.
Mirlos de hombros
rojos estaban volando
entre muchos pajaritos
algunos rojos algunos
azules;
los bosques estaban llenos de siervos
y corriendo en todas partes
agua dulce arroyos manantiales riachuelos.
En el crepúsculo
a través de los matorrales,
y hierba alta arrastrándose
sobre todo
cuatro, las salvajes
inclinan sus arcos
en sus bocas.
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