George Oppen: Las cosas nos relatan.
El mundo de lo
centrífugo y lo centrípeto en la poesía de George Oppen: el hombre no es el
centro de todas las cosas sino que está en un mundo que no le pertenece, son
las cosas, desde donde se habla, se piensa esta realidad, las que perseveran en
su oficio, las que perduran y ven a los hombres pasar, nacer y morir. El aire
como un niño se planta en esta atmosfera o el árbol que planeó como un
constructor desparramar todas las hojas por las calles o el viento que sutil las
lleva por doquier, es su forma de hablar, y percibir escenas donde las cosas se
revelan, mitad-cosa, mitad-hombre se reparte el mundo esa máquina y su flujo se
desliza en su poesía. El espacio y el tiempo son sus receptáculos, donde el
hombre es un personaje más, el testigo o los materiales, las piedras, arboles,
riachos, son ellos los testigos. A esas regiones nos refiere su mirada. Solo
sobreviremos con una mente adecuada que conozca y comprenda, el territorio
existencial la tierra natal, su efusión cósmica y el yo como una parte más del
todo, del clan al cual pertenecemos, las cosas con nosotros y nosotros con las
cosas. La búsqueda de la verdad, la felicidad, donde, en la brisa suave, en un
discurso, en lo que resulta inexplicable en la relojería del mundo, es que el
poeta no está seguro de las palabras, y allí toda una definición. La
preponderancia de los objetos, allí nos volvemos el presente. Un instante
iluminado que recuerdan los amantes en ese momento de luz de luna. Como los
jóvenes que están decididos a ser hombres y toman cerveza, y asi siguen en el
camino en la compañía del auto o en los destellos de una cuadra del rio Hudson,
en ese espacio lugar de la mente y el ojo. El corazón late por estar entre
estos edificios y sus calles, la ciudad esencial, la ciudad necesaria, en el
sentido del orden y la amenaza, y los hogares, los envejecidos hogares. Un
divagar un ver desde los objetos en una oscuridad contra la costa de la ciudad,
los vestigios, la voz de los pájaros, y los nacidos de niñas, de esas niñas que
dieron a luz, imaginando más allá del vidrio de sus ventanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario