lunes, 20 de agosto de 2018




TODAVÍA JUNTOS- Yves Bonnefoy- Traducción Pablo Queralt








VOCES EN LA CIMA DE LOS ÁRBOLES

Esas voces, escuchá!

Si ahí en lo alto

En los árboles ?o más alto todavía?

Como saber? Es un grito

No, es una risa.

Risa y llanto a la vez.

Ellos trepan, y aquí Dios sabe por que o quizá no que Eva se esconde tan alto
que a ella la envuelve el vértigo. Adán quien de rama en rama le tiende su mano.
Los ojos cerrados, ella allí exhibe su larga pierna. La primer mano que se haya
conocido en el mundo que se haya estrechado con un pie polvoriento. Ella desciende precavidamente o no.

Yo he visto dijo ella.

Que cosa?

Yo he visto otras cosas. Todo era pequeño. Las nubes que no se mueven. Las casas.

Y para ofrecer a Adán esas otras cosas, ese fruto del árbol, subamos más arriba!

Ah, que de ramas y que de hojas que de frutos! Ellos separan las ramas para llegar
a esas otras cosas, siempre más alto. Ellos observan a lo lejos esta vez juntos. Esta
es la visión de la verdadera vida.

Ellos no descendieron más. Los niños jugaban allá en lo alto, se provocaban con gritos
y risas como no conocieron en la tierra.

Apenas ponen atención en las piedras que caen sobre ellos de no se sabe que parte más alta del mundo. Piedras de diversos colores, formas que rebotan contra las ramas a veces golpean. A veces matan.

Esa es la visión “cima de los árboles”.
  





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