jueves, 3 de noviembre de 2022

Autobiografia. Charles Reznikoff. Traduccion Pablo Queralt.

 


35

 

Yendo al oeste.

 

El tren sale de Nueva York, sale del tunel: la nieve

de ayer

en las esquinas de los tejados, en los surcos de los

campos arados,

bajo el abrigo de los árboles desnudos,

a un lado de las carreteras y un banco de arroyos  

donde el sol de la mañana no lo alcanzaba

corrientes turbulentas que corren en veinte

corrientes paralelas;

pendientes que muestran en la cima una franja 

oscura de bosques desnudos.

Trozos de lluvia de carbón en el techo del coche,

sale humo del motor frente a la ventana

y en la tierra llana al lado de los rieles

la nieve se mueve de un lado a otro.

 

 

 

A la mañana siguiente, al otro lado de los lotes,

bloques de casas nuevas;

viejas casas de madera con porches traseros

frente a las vías;

el patio del ferrocarril se ensancha y el suelo está

uniformemente revestido de rieles

y estamos en Chicago. 

Los campos planos a ambos lados cubiertos

de tallos secos de maíz,

rotos un poco por encima del suelo y plano sobre

la tierra negra;

hielo en los huecos; caballos peludos 

trotarnlejos del tren; un potro con pezuña levantada

nos mira; torres vigas de acero, en una fila sin fin,

llevan cables en  tres pares de brazos a través

de los campos. Un rayo

para planos de guía

destellando e la noche.

Por fin solo brilla la estrella de la mañana;

la llanura está cubierta de escasa hierba amarilla;

una gran manada de ganado, ganado rojo con caras

y patas blancas,

pasto.  

Colinas con cimas planas, nieve en los huecos

de las laderas empinadas 

un puente de cemento con una nueva baranda

brillante;

suelo rojizo; sobre una cresta de colinas 

montañas negras mantos de nieve a los lados

montañas negras veteadas de nieve.

Colinas bajas y onduladas cubiertas de salvia;

ni casa ni ganado. Por

el anochecer esta nevando. 

 

El suelo oscuro es plano para el río,

brillante con el amanecer

más allá se elevan las montañas azules purpúreas

el azul del cielo se vuelve púrpura, en el que brilla

una estrella.

El desierto está blanco de nieve, la saliva colmada

de ella;    

las montañas del norte son blancas. El tren gira

al sur. Estamos entre rocas;

roca gris, roca roja; roca amarilla y roca roja;

acantilados desnudos de cualquier crecimiento;

paredes de roca roja desmoronándose;

una montaña cubierta de cantos rodados, rocas

y piedras;  

y ningún ser vivo

 

 

 

salvo un pájaro grande

volando lentamente.

 

El suelo junto al lecho de la carretera es verde

con hierba brillante;

los árboles a lo largo del río fangosos están llenos

de capullos;

los árboles en el hueco han brotado y están vedes

con hojas.

Palmeras en las calles de un pueblo.

Flores púrpuras y blancas en el desierto.

Arena blanca con suaves olas.  

Una llanura de grava como agua ondulante.

Luces individuales; muchas luces; luces a lo largo

de carreteras, luces a lo largo de las calles,

y a lo largo de las calles de Los Ángeles.  

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