sábado, 8 de julio de 2023

4 poemas de Thom Gunn. Traduccion Pablo Queralt.

 


Naturaleza muerta

 

 

No olvidaré pronto

La piel amarillo- grisáceo

A la que se había puesto la cara:

Tapas apretadas: nada de él,

Ningún temblor desde dentro

Jugaba en las superficies.

 

Todavía encontró aliento, y sin embargo

Era una maña oscura.

No olvidaré pronto

El ángulo de su cabeza,

detenido y echado hacia atrás

En la cama crujiente,

 

De vuelta desde donde no pudo ni aceptar

Como un opuesto,

Ni como un respirante de toda la vida,

Dejar ir consentidamente

El tubo que su boca encerraba

En un asombrado O.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Terminal

 

 

La diferencia de ocho años en la edad parece ahora

Una disparidad tan amplia entre los dos

Que cuando veo al hombre que armado estaba de pie

Resistente a toda ayuda por buena que sea

Ahora ayudado a través del día mismo, se acomodó en las sillas

O bien conducido paso a paso abajo por las largas escaleras

Con firmeza y suavidad guiado por sus amigos

Que lo aman, a través de cada esfuerzo por descender,

Cada vacilación, cada intento hecho para completar

Un arco de movimiento y derribar los pies,

Como si con esa fuerza de repuesto que solía disfrutar,

Pienso en Edipo, viejo, dirigido por un niño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Odiseo en Hermes

 

 

Su idea tardía

 

Fui seducido por la inocencia

-barba apenas visible en su barbilla-

por el dios interior.

La juventud incompleta

como la nueva extremidad del cactus creciendo

-verde suave- no completamente formado

las espinas aun suaves y vivas,

potente en potencial,

en proceso y por lo tanto

todavía abierto al dios.

             Cuando esté completo y resuelto

             entonces cerrado al dios.

Así que viéndolo en él

fui seducido por el dios.

Convirtiéndome en mi madurez espesa

repentinamente inestable

                                      no -sólido

todavía siendo formando-

en la vulnerabilidad, los bordes fluyen,

me abro al dios.

 

Tomé su droga

y todo salió bien en la historia.

Sigo pensando

que busco renovar ese poder

tan fácilmente adquirido

trato de encontrar de nuevo esa habilidad

de abrir mis rasgos establecidos,

arrugados sobre sí mismos,

al asombroso beso y regalo

del astuto dios al astuto hombre.

 

 

 

 

 

Filemon y Baucis

 

Amor sin sombras-w.c.w

 

Dos troncos como cuerpos, cuerpos como troncos trenzados

Apoyados por su abrazo de madera. Las hojas

Brillan en hábito tierno en las extremidades.

Verdaderamente unos a los otros, han abrazado tanto tiempo

Sus cortezas se han reunido y se han casado en un solo flujo

Cubriendo a ambos. El tiempo ilumina el bulto guapo.

Los dioses estaban agradecidos, y por el consuelo dado

El consuelo se multiplicó por mil.

Por lo tanto la pareja se filtro en ese suelo

Las diferencias se prolongan a través de su vigor tardío

Que mantuvieron sus intercambios salados y abrasivos,

Y encontrado con amores equilibrándose por igual,

En plena tranquilidad. Ponen inquietud detrás de ellos

Hace mucho tiempo atrás, mucho tiempo atrás olvidado

Como cada uno despertó separado a través de la pálida noche gris

Hace mucho tiempo atrás olvidaron los días en que cada uno,

-montando la exuberancia nerviosa del otro-

Supieron la lenta emoción de aprender a amar

Lo que, gradualmente revelado, se convierte en sí mismo

Se expande, desenvaina, a medida que los rayos agudos exploran:

Inventados en la revelación continua.

 

Han caído en una siesta perpetúa

La paz de los árboles que toda la noche nadas susurran.

 

 

 

 

 

 

 

 

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