sábado, 29 de diciembre de 2018

ALDO OLIVA- Una óptica poderosa- Por Pablo Queralt.



En Aldo Oliva lo que no se entiende se valora en belleza lingüística, a cada palabra  se la valora  a precio oro, más que el oro que  saca de su imaginario esa forma de ver otras formas, tal vez siempre en la belleza de las palabras que construyen el hundimiento del general Belgrano u otras batallas que libra el autor en sus otros poemas. Hay que leerlo con una mente limpia de preconceptos como una forma nueva de aprender a mirar, usemos los ojos Oliva como quién echa 10 centavos en la ranura o abre la pagina web y veremos en esa lírica de lo fino y popular de las palabras que dictan el ritmo de lo escuchado sabiduría que le dicen.
Como un poema que desenfoca de manera intencional, como una memoria borrosa que cuenta con ciertos agujeros blancos que rescatan la felicidad de la escritura de lo escrito y eso da la musicalidad.
Las palabras son ya notas, música lo que dice aún su protagonismo queda en segundo plano, es una suerte de agonismo sobre protagonismo que se imbrican y se potencian en una sola forma que es captada por el sensorio, no ya el oído, la vista, el olfato sino por su totalidad sensorial desarmada por el estímulo dado por la intensidad del poema.

En estos riachos que llamamos
(o asi los insuflamos) la fluencia de la sangre
en las manos ¿ los fagocitos diligentes
desertaron del amor?
¿o el amor fascinado en la aurora
de sus playas
solo incandese sobre sí, real?

ROSA VELADA

Quién quiere a quién, es amor o solo el amor a sí mismo en el globo que inflamos y cuando se pincha solo sospechamos o nos deja en su duda en su playa de realidad, sabiduría e imagen construyen la solidez la potencia de verso a verso del poema.
Con muñeca y maestría maneja los versos desde su óptica poderosa como dice Piccoli de él  “Oliva concentró los procedimientos de la escritura poética, métrica, tropos, aliteración, prosodia se entremezclan en sus versos en excelsos torbellinos”, su genio de escritura le permitía andar y desandar los distintos campos poéticos filosóficos históricos litográficos griegos con la elegancia y solvencia de la palabra académica montada sobre la popular. 



ALDEBARÁN tango
Fragmento
Niño signado en grama del suburbio,
de espaldas, en leve ensueño tendido,
la mirada libre de la visión,
vaga en la fraternidad de nubes.
Es otoño. El suceder es un tierno
capricho del cosmos y el agua elemental
fluye en su pulso, no en el río de Heráclito
no porque fue, sino que sucederá.  

Aquí con el recurso del verso encabalgado de tal forma que el verso que termina sigue en el de abajo dando continuidad y la velocidad de fluir del poema en ese suceder de río de agua no refiriéndose a un pasado o algo recordado sino sentenciando, anunciando, previendo que sucederá.
Vemos como utiliza o recurre a lo filosófico, a los griegos, el río de Heráclito alude a que uno no se baña dos veces en el mismo río para dar un sentido de único a cada acto desligado de lo que fue en un presente que vendrá único en sí como todo presente.

Fragmento
Guíame Paul, llévame Paul Eluard
doctor Amoris,
por sobre la tiniebla,
 a la estrella de mar
de oro ceñido
que flota en la pupila,
meteoros de esplendor
que danzan en el iris.

Aquí recurre al campo de los poetas al querer ser guíado por el poeta surrealista Paul Eluard.
Fragmento
El loco corazón en el conjuro/ vano de Aldebarán, gema cegada/ por la deflagración del equinoccio/ elevó el sortilegio del derrumbe/ donde la calle Santa fé de entonces/ se abría como el lago del Averno/ y sus riberas eran sospechosas.

BALADA DE LA CARCEL DE REDES

¿Que verdad se incineró
en el núcleo de la verdad?
¿La lágrima pendular,
del ojo de Eros
es la inmarcesible
perduración
de la ceniza del Fénix?
Aves caídas en redada
fingidora de cielos, huellas de fuego
impresas
en la urdimbre del futuro.

Fue un tiempo.

Ahora,
irá reflejada en el punzante
caos del espejo
retrovisor ;
nave a la ventura,
escorada en popa
reculando
de la textura del silencio,
filigrana
(que nos cubre)
de abismo,
hipóstasis
de las transfiguraciones
de la selva.

 En este poema vemos el uso de la lengua, variando palabras académicas con populares o elegantes con palabras de uso común dando una imagen de contraposiciones linguisticas a modo de sombras y luces que dan color al poema o a lo que el poeta quiere expresar en el poema.

DE FASCINATIONE: Late a obscuras,el pubis de la tormenta. El ojo le llaman alma conmovido porque ya aclara el sueño,¿podrá sobrevolar marcar el socavón…  

El uso fino y elegante de las palabras que dan un tono y altura al discurso siempre presente en el poema y lo que lo hace más bello aún es la contraposición con palabras de uso común o a veces burdas que le dan más brillo, por lo inesperado del cambio como los contrastes de sabor en la boca que hacen más sabroso el alimento.


 Publicado en 2015 en el suplemento cultural del diario El pregón de San salvador de Jujuy.











viernes, 21 de diciembre de 2018

Este es mi ojo, esto es lo que veo. Pablo Queralt.




Escribir en paralelo leyendo un libro viendo una película, escuchando una melodía una canción, a la gente en el subte, en la calle, tomando fragmentos, frases, reescribiendo reescrituras una forma de crear  a partir de elementos dados por otras creaciones ya sea de la vida o de la vida artística para conformar otra idea, otra performance con algo de la idea oriental de cultura nueva a partir de los fragmentos resultantes de la tradición o cultura anterior como si fuera un jarrón tirado contra el piso hasta hacerlo añicos y luego tomar esos pedazos del suelo y con cada pedazo-fragmento reiniciar hacer una cultura nueva a partir de eso anterior.
La poesía dice este es mi ojo así lo veo, esto es lo que veo, a veces a uno no le gusta lo que ve y lo peor es el libro que nos hace ver a uno y nos cambia somos ya otro y uno no quiere ser ese otro pero ya no hay remedio cambiamos y somos otro y tenemos que andar así acostumbrarnos a ser ese otro. El libro, la poesía va más allá de nuestros deseos y nos hace ver lo que hasta antes no veíamos.





El tul que va tejiendo la escritura pone los ojos del color de cada realidad y entra en esa neblina que siempre nos lleva a la puerta, al sitio de la primera vez, así vemos todo con el alumbramiento de conocer las cosas siempre en la sorpresa de lo desconocido. Entre espacios que deja esa levedad se filtran blancos de la imaginación que quedaron y no se fueron de un antes ilusorio o real y en esos blancos se instala el paraíso o infierno de la mente que le presta su oído y rima; esa música en cada cambio de sentido, de frase, de verso en verso haciendo carne en la orquestación de las palabras y los silencios. Lo que uno sospecha y el libro me lo va diciendo.          
El mundo creado por la palabra, por las palabras, el libro que nos va escribiendo su mundo, nos presta las palabras.
La antiestética de Noe es la estética de la creación contra la estética establecida, aquella que arriesga su ficha da el salto no se queda en lo ya hecho como los antipoemas de Nicanor Parra o en Cesar Vallejo o en la másmedula de Oliverio Girondo forzando el lenguaje, la palabra.
Los poemas toreados, hay que torear al poema en cada verso para ver como se mueve esa estructura en ese a matar o morir en esos límites, que las palabras entiendan lo que queremos y no es importante si la tarde es del toro o del torero, es el aire el ida y vuelta en esa mirada que va y viene la que importa, poniendo el color y la atmósfera de la corrida y que es la que va a salvar al poema o hundirlo en el fracaso del no logro.
El poema que le pone color al blanco y negro, hay que saber la velocidad de cada palabra para llenar ese espacio coloratura como notas fuera de la partitura, la voz que va encontrando su vida.
El poema efectivo a diferencia del poema efectista abre más el sentido, de modo que a muchas preguntas hay pocas respuestas, son las muchas preguntas que va sembrando como una forma de conocimiento, en cambio el efectista tiene muchas respuestas inmediatas para todas las preguntas sobre las cosas efímeras, respuestas efímeras para sus preguntas, pierden el misterio el conocimiento de lo oculto en el mismo resplandor de sus palabras.

El poema es una construcción, vamos buscando la voz entre las voces, esa que se adecua a nosotros ahí nos encontramos, en una voz que aunque copiemos o tomemos de otro o quede remante de lo escuchado, lo leído, lo visto resulta propia, es imposible que no este presente lo nouménico, lo que da la impronta. 

Del libro inédito de ensayos Dicho al oído. 
Planta de jarra amarilla- Thom Gunn Traducen Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.





estomago en floración

rollo de hoja

cubierta con pequeñas verrugas melosas
por las cuales la mosca es atraída a colinas
de pastos en el labio de la trompeta

hasta que pastando colina abajo
la mosca encuentra la maleza
de pelos casualmente empujados a través
se ha cerrado detrás-
de un matorral de lanzas –dientes de tiburón-
trampa
                  oh ay!
se tropieza, cayendo
de cuarto en cuarto
dentro de la torre verde
haciéndolos ruidosos  
con el zumbido de su congoja
para finalmente deslizarse
dentro del propio oubliette
-piscina que digiere la proteína-
para convertirse en mero
exoesqueleto quitinoso,
restos

de un pétalo saciado
la crueldad de una enzima.





jueves, 20 de diciembre de 2018

Los perdidos- Thom Gunn- Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.





Ahora mientras veo el progreso de la plaga,
Los amigos que me rodean se enferman, adelgazan
Y se dejan caer. Descubierta, es mi forma menos vaga –
Claramente expuesta y con una piel esculpida?



No me gusta el contorno helado de la estatua,  
No hoy en día. El calor que me involucró 
Salió afuera a través de la mente, la extremidad, el sentimiento,
Y más en una familia creciente involucrada.




Contacto de amigo llevado a otro amigo
Entrelazado suave a través de la masa viva
Que por todo lo que sabía podría no tener fin,
Imagen de un abrazo ilimitado.




No solo sentí alivio, aunque confortable:
Agresivo como en algún ideal de deporte,
Con incesante movimiento emocionando a través del todo,
Su empuje me mantuvo tan firme como su apoyo.











Pero la muerte-sus muertes me han dejado menos definido:
Fue su presencia palpitante lo que me dejó claro.
La tomé prestada, no estaba confinado,
Quienes balancean esta noche aquí sin soporte.


Ojos deslumbrando desde un mármol crudo, en una pose
Lánguidamente en parte enterrada en el bloqueo,
Sus espinillas son perfectas y sin terneros como si me congelara
Entre el potencial y un trabajo terminado.



Abandonado incompleto, forma de una forma,
En que el detalle exacto muestra lo más extraño,
Atrapado en el vacío, no encuentro escapatoria
De vuelta al juego de dar y cambiar.




lunes, 17 de diciembre de 2018

La escritura, la música, la esencia de la poesía II. Por Pablo Queralt.





  


La escritura expansiva no busca ordenar las cosas sino fluir, ser en la reproducción de las cosas que mi ojo ve o el ojo de otros que me interesan y me ayudan a ver en esa tensión que llevan las palabras. Más que su significado, su relato creciendo y desarrollándose en sus secretos proliferando en la distorsión, en la ensoñación en esa escucha ni siquiera lectura sino en sus resonancias musicales, pictóricas en ese vivir.
Agradezco que mi primer poema no saliera de un tiro solo, sin dificultades pues de esa forma no hubiera sabido por que salió, no hubiera aprendido a hacerlos ya que hubiera sido de suerte. Hacer un poema abarca, incluye para mí ir contra esa adversidad con la que hay que lidiar, sortear para la construcción que hace al oficio del poeta, ese saber que solo se obtiene a través del oficio y la dificultad. Lo que no implica que luego  por la experiencia los poemas salgan cada vez con menos dificultades y casi se horneen en la cabeza y ya en el soporte, papel pantalla salgan casi impresos. 
El lenguaje como una forma de desarmar para ver desde otro punto, crear otro punto, es frotar información sobre información como decía Cage citando a Mac Luhan, ya que casi todo esta dicho. Sacar la individualidad de la masa con algo de intuición que esta en toda inspiración, mejorar la calidad de atención. 
O usar la palabra para lo que no puedo evitar decir, según Cage como una declaración ir en el sentido de la cosa en el espacio “un encuentro más no deseo”.
Que sea el objeto y la ilusión una unidad indivisible donde fijar nuestro sensorio acomodándose a la naturaleza propia de los sentidos reunidos en esa sola cosa que reúne sueño y vigilia, la de los ojos cerrados.
Empezar como una batalla perdida sin otra felicidad que la de empezar a lo Passolini como un regalo, una fotografía, un dibujo pintado con los colores que nos gustan. Un arco iris más allá que nos anima al camino a la canción. Un diario que construimos que nos atrapa, otro lugar donde la vida es una especie de letrismo, donde cada letra tiene su actividad, unas más activas que otras como las a y las z marcando un ritmo, una musicalidad. Es interesante ver el texto, su posibilidad musical y de resonancia desde este punto de vista las letras como notas, como números, ese río y su sonido.  
No me interesan las palabras como barandas sostén o barco donde no hundirse y salvarse, si las palabras que viven, sudan, se autodestruyen en el poema y dejan ese polvo, esa estela, estrellas que nos dejan una esencia algo fuera que destruye el muro con sus ladrillos, palabras que dejan ver caer un mundo para ver. La palabra baranda cae, la palabra barco se hunde a la larga o a la corta pero lo que transmite queda, en ese aire ese vacío flota la esencia de la poesía. La música tan fundamental en las películas de acción es igual de fundamental en el poema con sus contrastes, no esa armonía que nunca hay en la naturaleza si los distintos ritmos, luces, adecuaciones que ponen la piel de gallina, la música de las palabras dando el sentido y el matiz.

Del libro inédito de ensayos Dicho al oído de Pablo Queralt.













martes, 11 de diciembre de 2018

Palabras para un poco de ceniza. Thom Gunn- traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.




Pobre hombre reseco tuvimos que apretar
Una esponja dental contra sus dientes,
Para que la humedad goteara
Por la boca por debajo.


Día de Navidad tus pupilas se cruzaron
Comenzando por la punta de tu nariz
Buscando allí el aire que perdiste
Sin embargo todavía boquiabierto, seco de labios.



Ahora eres una bolsa de ceniza
Dispersos en una cresta costera,
Donde viste el choque distante,
Océano en una orilla rota.



La muerte ha borrado cada sentido;
El fuego tomó músculo, hueso y cerebro;
Después puede la lluvia filtrar el descontento
De tu polvo, lavar lo que quede



Más profundo en el suelo más húmedo
Hasta que los gránulos trabajen en su camino
Hasta arroyos invisibles, y atados
Enérgicamente en el juego del agua;





Por fin puedes llegar a la orilla,
Uniendo la marea sin intención
Solo preocupado más
Por el argumento de las corrientes.








viernes, 7 de diciembre de 2018

El esteticista-Thom Gunn- Traducción de Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.


Ella, una esteticista vino a ver a su amiga
en la morgue , cuando ella tuvo su grito.
Ella encontró el cuerpo arrojado allí todo torcido,
no como ella pensó bien para el fin de una persona,
dejado de costado como un brazo y muslo.

En su familiaridad con los muertos
Era como si el hombre no hubiera sido amable
Con su vieja amiga, cuyo pelo le fue asignado
Para arreglar y dar forma. Ella no habló; en cambio
Le dio a su mente una tarea concentrada.


Ella encontró en esto un poco de satisfacción
Que ella podría usar su ternura como habilidad
Para hacer hermoso el cabello de su pobre amiga muerta
-Como si ella formara un epitafio por su acción,
Pensó-, que era una esteticista ante todo.









sábado, 1 de diciembre de 2018

Arnaldo Calveyra: la zaga de una poetica. Por Pablo Queralt.




¿Cual es el proyecto Calveyra? ¿el atravesar la vida como por un bosque de Luxemburgo u otro monte de Entre ríos? poco importa sea cual fuere, lo importante 
es la mirada del voyager tanto hacia adentro como hacia afuera, esos personajes que va pintando en esos escenarios que va montando.El detalle la música, los colores, texturas del aire, la luz como elementosque se posan en las cosas y nos son reveladas porque en cada poema fábula o texto pone de manifiesto algo que hasta ahí no estaba.
Dejar a las cosas obrar y observarlas, disfrutarlas tal vez padecerlas como un canto de iglesia, de salón, de trabajo o de viaje que nos acompaña con sus consonantes disonantes que no podemos dejar, los cantos gregorianos o el libro de las horas del descanso como una siesta provinciana o un dios, un Eleusis en cuadernos orquestados o libretas de bolsillo guardando detalles que enamoran, repertorio del viaje, murmullo de la canción con su ritmo infalible. Sus ocurrencias no ocurrencias sino planos de ideas que constituyen una trama- tejido que reconoce como la araña sus dimensiones
¿Quien no quiso volver al útero la cama? de la cuál no salía Aurelia y sobre la que desarrolla la novela de ese universo.
El uso adecuado de encabalgamientos o repeticiones, expansores que funcionan en ese alargamiento o prolongación temática o de enlace con un tema subsiguiente encadenado a una intención- propósito del querer decir
“el hombre de apenas años dibuja al hombre de apenas años y ya la oscuridad se cuela en él, se cierne sobre él y el descampado”- Maizal del gregoriano-
luego, “hombre de apenas años, capaz de oscuridad. Esta dibujando la tarde pero la tarde se fue con sus impresiones digitales” y así sigue desarrollando la idea la sensación la fábula. O “espejo avanza con muerte” y luego “lenta la espiga arriba a la raíz. Los atardeceres ocultan. Me quedo observando la cortina de agua mansa.”
Para concluir “bajo esa misma lluvia hombre callado. A quien mirar vuelve silencio.”
Otros personajes en él como el del hombre de Luxemburgo “de pie ante un baldío como otros ante el diario, se ocupaba en deletrear el cielo leía las noticias que le acercaban las nubes. ¿Qué habrá sido del tímido, el hombre analfabeto para todas las palabras salvo para las nubes que al finalizar la tarde son borradores de nubes por llegar?”
Avanzamos en el relato poético y en el juego de las palabras como revelando pequeños misterios que al mismo escritor le son revelados como decía William Carlos William, esa era función de la poesía la revelación, tejiendo y destejiendo despuntando el sueño y otro sueño como si un libro estuviera encadenado a otro, recorriendo pasado presente y futuro “vuelve a los años que le dieron sombra a tu poema”. Con la delicadeza del poeta y la perfección de estilo que domina la lengua “la luz que milagrosamente se recupera de entre las cenizas de dos fuegos mal apagados”.
En Cuaderno griego “son los Dioses esta mañana que se niegan. Yo rogaría horas y días enteros por obtener mi nacimiento, por dejarme de esta muerte…”  “…los dioses se amañaron.”
Las múltiples líneas de ideas y el manejo de los silencios abriendo intersticios entre verso y verso y espacios en blanco como cadencia de la voz firme y serena-decía Cage el silencio es música- que afronta en las cosas cotidianas, la vida de pueblo los grandes temas “se trata de ser un mediador para llegar a una cosa que no esta”.
También en apuntes para una reencarnación como balbuceando frases al oído como “cosas que no oscurecen en las estaciones”.
Así constituye una obra casi imprescindible para comprender el manejo de nuestra lengua en la poesía y de cómo expresar el mundo interno del poeta y sus circunstancias.


Obra de Calveyra:
Cartas que para la alegría, el hombre de Luxemburgo, la cama de Aurelia, diario del fumigador de guardia, el libro del espejo, el origen de la luz, el libro de las mariposas,  maizal del gregoriano, diario de Eleusis, el cuaderno griego, el caballo blanco de Mozart, Su obra poética completa ha sido editada en 2008.
Residía en Francia, Paris, Enterriano de origen su pueblo Mansilla.  

Publicado en el sup cultural del diario Punto Uno de Salta 2012.

 



miércoles, 28 de noviembre de 2018

Como ser perfecto- Ron Padgett- Por Pablo Queralt.




Ron Padgett nos entrega un libro con paginas en blanco por debajo de la escritura de cada uno de sus poemas, nos dice anímate a reescribirlo. Como quién olvido, perdió o se les quemaron los papeles con sus versos en ellos, desde ese desgarro, desolación nos convoca en cada una de sus poemas, con eso de lo mucho en lo poco, en esa profundidad nos sumergimos con el poeta a explorar esa dimensión en lo simple, después del trabajo me tomo una cerveza en el bar. Miro el vaso y me siento bien. Nos habla de cuando  descubre una cuarta dimensión: el tiempo. Más allá de lo alto, lo ancho y lo profundo. Dispara ideas a medida que avanza en su poema, como si el resto de la canción no hiciera falta. Va en un avance y olvido-destrucción de lo que va dejando a medida que progresa como un mensaje que al ser leído se autodestruye sin dejar rastros, solo iluminando la mente y la imaginación del lector.
Desde esa dimensión que le permite mirarse y mirarnos, en esa realidad que nos engloba en el poema, en otra esfera más allá de la del tiempo. Monta sus escenas, sus pequeños teatros y se pregunta ¿estuviste ahí?  Y vuelve a la realidad : que faltan 3 días, solo 3 días, en este caso para comenzar las clases, y que fugazmente pasan y ya es hoy, a quién no le ha sucedido esa situación, en que universaliza el texto, nos incluye a todos. Y dice todo pasa con el desfile incesante de rostros que vuelven para verte justo cuando abrís mis ojos. Como que todo pasa entre 2 abrazos de dos realidades, una la del sueño o el imaginario y otra la vida misma, reconfirmando a Calderón “La vida es sueño y los sueños, sueños son”.
Contemplado por el hombre en ese ángulo de la captación como un director de teatro o mejor en la quinética del cine solo para mirar, como cuando estas cansado creando un personaje del cansado o si te vas a dormir y entonces vive el otro personaje, tu yo real que despierta. Como uno va desapareciendo cuando ve, los distintos paisajes, panoramas, como que lo individual desaparece en el montón de la gran ciudad y por eso salgo a verla. Y tal vez allí el que verdaderamente navegue sea ese yo real.
Todo cambia  y no cambia se superponen, en esa potencia y acto como si sucedieran en un tiempo-espacio simultaneo. El éxito es fracaso y el fracaso éxito uno engloba al otro y solo queda lo presente esto que soy, ellos que son. Su filosofía es manteca y servir. Generar conciencia ya desde la simple observación “de lluvia golpean los edificios pero nosotros en nuestros departamentos seguimos secos gracias a los edificios.” Querer ser lo que todos quieren ser, pero por otro motivo, como ser Tío Rico pero no para ser tacaño ni encender un cigarro con un billete de 20.
Sino para ver los billetes brillando como olas por el placer visual estético, mientras el remo los hundía.
En cada escena el detalle de lo noúmenico, aquello que enamora como siempre me interesaron las personas de las películas a las que le tiran un trago en la cara. Como quién sabe el secreto y lo susurra, lo cuchichea a voces. Es el testigo, el delator contemporáneo, lo que es decir en su tiempo es de todos los tiempos, ya que el hombre es universal. En esa fragmentación de sus imágenes guardadas en los bordes, las orillas que lo llevan de un lugar a otro, son el Carionte en la noche, esas moléculas que nos traicionan a nosotros que las hemos amado. Nos tratan como si fuéramos suciedad. Desintegrando las imágenes de toda una vida como diciéndonos ya hemos vivido suficiente. Y es allí donde se confirma lo dicho por William Carlos William, el poema debe revelar un misterio, y al primero en revelárselo es al que lo escribe. Padgett tiene ese don de revelarnos siempre algo vivo que encierra su secreto, esa es su verdadera dimensión.
El poema es un artefacto curioso, empieza y no sabes como termina, a donde te puede llevar como una escalera, según si vas para arriba o bajas, y agrega lo divertido es estar allí o sea el momento de la creación, ahí de pie desconcertado por un instante para saber si es lo que buscabas, y si es realmente el poema para vos.
El bien y el mal no son opuestos, nos dice ¿soy una buena persona? Sí, más allá de cierto punto, y no, más allá de otro. En el fondo, estoy abajo, una especie de borboteo de gelatina negra que no tiene ni idea de lo que esta pasando acá arriba.
Todo puesto en un tamiz de cómo si todo existiera o no existiera al mismo tiempo. Como cuando suena el teléfono y vas a escribir algo en el poema y cuando volvés a la página se te fue, no sabes lo que ibas a poner. Como un lema lo que no ves te ayuda a ver lo que ves. 
Podes ser colectivero, empleado, se te pueden quemar los papeles, lo que sea pero siempre podes ser poeta, y un maestro siempre te puede entregar un cuaderno en blanco para que lo reescribas.



Como ser perfecto. Ron Padgett. Editó Zindo&Gafuri. Traducción Anibal Cristobo y Patricio Grinberg. Prólogo de Edgardo Dobry.  

martes, 27 de noviembre de 2018

El ladrón- Thom Gunn- Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.






Miento y vivo
el miedo en mi cuerpo
algo esta sin limitación
y se acerca


Ningún cerrojo
puede detenerlo
un gusano de niebla
se filtra a través de una grieta


Desde la oscuridad
como antes
crece hasta el cuerpo
en mi puerta




Como un tomador
con guantes y espantoso
roba de esta manera
como uno que amé



El miedo me pone rígido
y una alegría lenta
ante el acercamiento
del muchacho enfundado





Hará él también
lo que ese hizo
desbloquearme primero 
abrir la tapa


y tomar dentro
con una sensación lúdica
tanto mejor
para robar.




 Thom Gunn nació en Gravesend 1929. Del libro El hombre con sudores nocturnos.

domingo, 25 de noviembre de 2018

La tranquilidad- Thom Gunn -Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.





Unos diez días más o menos
Después que te vimos muerto
Regresaste en un sueño
Estoy bien ahora, dijiste.


Y fuiste tú, aunque
Fuiste encarnado de nuevo:
Nos abrazaste todo el rato
Y nos diste tu rayo de bienvenida.



Tan tuyo ser amable
Buscando tranquilizar
Y, si, tan de mi mente
Hacerse segura.


 Del libro El hombre con sudores nocturnos- ed Faber and Faber-






jueves, 22 de noviembre de 2018

CIRCE MAIA UNA POETA Y UNA POETICA  EXTRAORDINARIA. Por Pablo Queralt.




Las escenas que el lenguaje de la poeta va creando como transmisores de lo que subyace, aquello no oculto sino presente pero no a los ojos del reflejo del espejo sino de aquel que posa los ojos en el espejo para adentrarse en las cosas, en esa impresión de las cosas en las palabras con su realidad autónoma para traernos su felicidad, ese a la deriva del deseo, “sobre el mantel después de haber comido –nos habíamos ido todos ya de la mesa- que presencia tan fuerte de realidad y reposo: los vasos en su vidrio, la jarra con su leche tranquila luz cayendo sobre el frío de la loza.”

Esa puesta en abismo de Bonnefoy de estados cerrados de significantes opuestos que a partir de uno a otro producen un progreso hacia una forma de verdad una cámara lúcida de percepción donde transita el ser.

Como breves descansos al subir escaleras
-¿ es ascenso o descenso ?-
como escaparse un rato de las ruedas gigantes
de golpes imprevistos, de un tiempo hecho jirones. 

Y en verdad, no se puede:
un mundo inaccesible que en sí mismo reposa
y no permite entrar porque se quiebra;
un agua remotísima, luciente, fría, pura
que no puede llegar a los labios sedientos.




Lo que interroga la poesía, como limpiando la maleza para reconocer a lo Giacometti, que la realidad quedó en el valle materno y a partir de ahí seremos exiliados viviendo con otros seres destinados a vivir en el exilio para hacer una verdadera lectura del mundo fuera de la mala imaginación, creando un universo- mundo-imagen. Cada palabra con su significante y color llenando esa sinfonía en blanco como diría Mallarmé.



Fragmentos del poema “en el tiempo” del mismo libro

Hay eso que se acaba y sin terminarse
que se queda así, como capullo roto
gajo recién nacido, quebrado, una verde
planta pisada.

Pero hay cosas maltrechas, resistiendo
gastadas sin fuerzas
y sin embargo están, ya ni se sabe cómo
y sin embargo quedan.

Cuando se cortan hilos extendidos
 a tiempos no llegados
se ve desmoronarse
azul y resplandor de luz de agua, nuevo
verde que llegaría
voz que se escucharía
que se hubiera escuchado
y color de mañana silenciosa
desprendiéndose lenta
de noches que vendrían.

Se acaba y borra
hora naciente
de golpe hundida.

En cambio nos quedan, no se van nunca
viejos restos, como hoja arrugada
amarilla de vieja esqueleto de resto de vida
 y se queda.





Ya sabemos que en el poeta están los poetas que han leído como una incorporación análoga a una ingesta en el imaginario inconsciente; en este poema de Caraguatá parecería brotar esa sombra en la memoria sensitiva, enriquecida ahora por la voz de la poeta con cierto resabio machadiano de esos versos de Antonio “y cuando llegue el día del último viaje me encontrareis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo como los hijos de la mar” como disparador tal vez del imaginario de la poeta que monta su propia escena,  su propia verdad como una naturaleza de lo oscuro a lo claro, un instante, abrirse a todo aire, soltarse a toda luz, en palabras de la poeta.




A la hora final
cada uno tendrá su pequeño paisaje
para borrar con él esa penumbra
de habitación de enfermo.

Este trozo de río no está mal, por ejemplo,
para guardarlo así: las costas verdes
rodeándolo, brillante, silencioso.

Y son dos movimientos
mientras el bote avanza
sin ruido, hacia delante,
 la imagen, al contrario,
va hacia atrás silenciosa,
abriendo el pensamiento
y ancla profundamente.

Cuando toque soltar amarras
de una vez para siempre
 el viajero no habrá de ver los muros
–frascos, cama, remedios-
sino este río inmóvil
bajo la luz del sol, resplandeciente.



Su obra poética como ramificaciones de un árbol ramaje de los signos cada uno en su mundo, su casa, que es la lengua en que está escrito, un bosque inmóvil, silencioso una respiración que recorre el raro espejo de las palabras, el silencio de la página en blanco con la gran maestría del que conoce el aire entre las palabras.
La poesía de Circe Maia como un cielo total donde todas las preguntas tienen su respuesta, una forma de comprender desde su imaginario las cosas que pasan y ya son pasado como dice la poeta “lo maravilloso de la poesía que nos acerca a los que estamos lejos”, una herramienta para descubrir, vivir en el mundo de lo sensible.
El registro del misterio, “varios relojes invisibles miden el pasaje de los distintos tiempos”, sistemas que va proponiendo la poeta y siempre cumplen con lo que prometen , hay una levedad de mundo, una respiración con su hálito con su impulso enunciativo que su escritura explora “tiempo lento: las piedras vueltas arena…” como una piel que al mínimo roce absorbe la existencia de las cosas el detalle “tiempo de estiramiento: despacioso invisible, el reloj vegetal de la hora verde, la hora roja y dorada…”  su desintegración evaporación y en ella el punto de contacto centro para hallar su origen, la co-razón del poema o sea el corazón.
 “otra vez se levanta de la memoria
el golpe del remo contra el agua
brilla el arroyo y tiemblan las hojas
en la sombra”    




Este artículo fue publicado en 2012 por el suplemento cultural del diario Punto uno de Salta y de El Pregón de Jujuy en 2013.












martes, 20 de noviembre de 2018

La escritura, lo real es lo desconocido. Por Pablo Queralt.




La poesía provocadora patotera que busca una inclusión una fuerza de ruptura, una naranja mecánica a lo Stanley Kubric rompiendo el aire instalado, creando otros damascos, duraznos, estados nuevos de participación.
Lo real es lo desconocido no la realidad que conocemos, es esa que se ve con la mente aquietada, en esa quietud sin deseos, en ese silencio vemos tenemos ojos para ver y es la paz, no la paz del mundo. Hay que alejarse de las orillas del cuerpo y la mente para meterse en el medio del mar de uno.
Para vivir hay que ser valiente para escribir hay que ser cobarde pero para escribir hay que vivir. El poeta conoce el camino la distancia entre esas dos pulsiones, el verdadero poeta no se pierde en ese camino y eso no lo da el oficio, sino el ser que se suelta y se expresa.
Escribir con la pretensión de escribir para crear un lector sin saberlo y ese primer lector es tal vez el mismo que escribe, siempre hay algo nuevo algo de sorpresa en ese acto de la creación, cierto misterio que no vale la pena revelar, solo ejercerlo, vivirlo nos es dado.
El poema debe aumentar el misterio para entrar en él.
El poema tiene que hacernos despertar.




El poeta debe jugarse, no usar siempre la misma receta sino avanzar en su visión y así todo fracaso es conocer y todo éxito conocer. La celebración de lo inmediato como en Baldomero Fernández Moreno, el poeta del nervio óptico, la transmisión instantánea de lo captado en la mirada tal como decía Borges de F M o una voz que tira puentes por sobre las convenciones y las zonas de sombras como motor hacia otras realidades. Pero en el pre-poema todo esto debe ser abolido, no debe haber receta, pero para eso se debe haber conocido, aprendido todas las recetas o las máximas posibles desde el haikus al soneto pasando por el verso libre, los yámbicos y todas las métricas.     
Acá en el poema a la técnica hay que hacerla trizas, el poema tiene que sangrar tiene que hacerte parar los pelitos, hay que poner toda la carne al asador sino va al fracaso no tiene savoire faire, le falta garra.
El Ready made de la escritura de la mirada esta bien pero debe fluir, ir en los sentidos y en el sentido del poeta y mejor si es de la mirada imperfecta fragmentada en las refracciones de luz de lo visto a través de la pantalla de distorsión del propio imaginario inconciente del poeta. Allí en cada fuga o expansión del yo, delirio al que adhiero y en que viajan las mejores visualizaciones, ideas conceptuales más allá de lo que la mente ordenadora dicta. Esa fuga trae su belleza, su conocer distinto, su ángulo de margen de orilla, su visión periférica abarcadora. 
La poesía debe ser como la vida del hombre que en su camino va revelando pequeños misterios, pero que permanece en la incertidumbre final, la poesía hace soportable el misterio.

Del libro de ensayos inédito Dicho al oído.  




viernes, 16 de noviembre de 2018

Vas a bailar, bailar. El libro de la danza. Goncalo M. Tavares.
Por Pablo Queralt.




Un libro que se mueve, nos remite a un ritmo, las bradi y taquicardias en la voz del autor que hace una marca del terreno donde se mueve. Sabe contarnos de sus disritmias y sus momentos de lucidez. “La historia de la danza no es no puede ser el recorrido de los movimientos trazado del suelo”. A un poeta que le interesa lo etéreo, toma al poema como el aire para ser remontado, esa es su danza: la de los pájaros haciendo su coreografía de vuelo. La máquina es la fuerza que impulsa a la acción, el deseo, las aversiones, el temor, el amor –odio, alegría-tristeza todos los tándems que mueven al ser y son la DANZA. La única técnica es el alma, por y para quién volamos como una unidad, la de esos pájaros (albatros, patos, cornejas) que vuelan en v de modo de resistir mejor la densidad viento/aire y poder volar como una unidad, de modo que el primero orienta, timonea y el resto va haciendo fuerza para que la experiencia, la vida del alma, el volar sea agradable con menos desgaste y compartida en ese todo.
Existe una música en este volar y es la del cuerpo al desplazar su forma libre, no esclava para que se continúe con el ritmo, la danza, en el músculo, el corazón al mismo tiempo la sangre circulando por venas y arterias. Nos dice este libro que nada es posible sin la danza, el ritmo, ese intercambio que nos hace vivos.
El cuerpo y su fantasma como una forma de estar y no estar, un serpentear entre las sutilezas cuando esa energía se desplaza dentro o fuera de la materia, ese ir más allá del descubrimiento, en una inmovilidad aparente que es movilidad, reconocer lo que no se sabía existía.  Dice “el cuerpo debe SER entonces la botánica en el límite del agua el cuerpo es agua, su mayor porcentaje y el ser usa esa danza del cuerpo para hacer su experiencia ¿es que yo me conozco?
Nos plantea todas las posibilidades existenciales como un filósofo andando los paisajes de la poesía, es ser en el ser centro del blanco, ese blanco vacío para ser llenado, página resuelta en ese volver loco al suelo para que la atmósfera pueda dar consejos esa es su forma de conocer, el camino por donde nos lleva con sutilezas este libro de la danza. Es un dribbling permanente y simultáneo completando su abanico de formas un “echar sal en la propia carne y ofrecerse al banquete”, solo se espera la llegada de Platón, Plotino y sus seguidores, el banquete esta servido. La nueva idea de quién danza es aceptarse, la aceptación, somos humanos y nos pasan cosas pero a pesar de las fracturas y las neurosis hay que dejar que los huesos 
respiren, respiro siento y amo como ley fundamental, yo soy. Eso es tener raíces gordas.

Como que la respiración parece no existir igual que el ser y allí esta la verdad. El corazón es lo bello, no debe pasar el pensamiento el puente dejemos respirar al corazón con sus piernas cortas que alcance el cielo alto, parece decirnos arrojar a las personas al secreto, no secretos a la persona como una concepción corpórea del asunto y el cuerpo es la tierra secreta por tanto divino por que es tierra y soplo y aire que vienen del todo, es el todo. El libro va en una cadencia de vacío-llenado ese es el ritmo de la danza, uno se vacía para permitir la entrada del nuevo conocimiento. Pero no va de un polo a otro, sino que pasa por todos los elementos que rigen la vida: tierra, agua, fuego, madera, metal, de tal forma que conforma a lo largo de los poemas una suerte de vueltas de mándala que nos informa de algo que el poeta quiere transmitir. Si observamos la acepción y significado de la palabra danza vemos que se diferencia a la de baile, por ejemplo en la disco se le dice baile, y danza se asocia más a un trasfondo cultural o folclórico, en definitiva transmite un saber, un conocimiento que es lo que hace este libro de la danza. Con sus máximas prohibir la memoria, que la inteligencia sea bella, o sea usada para nuestras propias construcciones y no para las construcciones de la mente, miedo, tristeza, culpas. La danza no tiene memoria dice el autor, El cuerpo comienza ahora en el momento en que termina.  Podríamos decir Carpe diem o vivir el presente que es lo único que existe, ya que pasado y futuro son meras elucubraciones de la mente, como manifiestan casi todos los maestros espirituales. Es una danza de la energía en la materia, la del compuesto sustancial completo cuerpo, mente y espíritu.
Danzar a pesar de las averías, las ideas viene de afuera, de adentro? Las evidentes vienen de afuera, las profundas de adentro, aclara el autor.
Personifica los órganos con su existencia el corazón es el último órgano. Después esta la muerte.   
Sigue arrojando sus máximas “cada movimiento debe aumentar el prestigio del cuerpo” respetar el movimiento de las células, como unidad de movimiento, de vida que el átomo no sea perezoso, allí esta la unidad de conocimiento de la vida de conocerse uno mismo.
Gastar las velitas en cada cumpleaños del cuerpo cuyo movimiento cae solo con la caída de la imaginación en ese gastar. Y allí el cuerpo arriesga o colecciona? Nos dice el autor solo coleccionar imposibles.
Y finalmente “la felicidad es más importante que la realidad”, todo es movimiento, “el muerto ocupa la muerte el vivo la habitación provisoria, destruir la hipótesis de la fotografía: el cuerpo debe ser más rápido que la imagen.”


 libro de la danza-  goncalo m. tavares. Editorial zindo&gafuri – traducción Aníbal Cristobo. 2017.