miércoles, 10 de mayo de 2023

6 poemas de Thom Gunn. Traduccion Pablo Queralt.

 


Al dueño muerto de un gimnasio

 

 

 

Lo recordaré bien

La elegante decisión

A esa línea roja de azulejos

Como margen alrededor de las duchas

De tu gimnasio, Norman,

En el que tan gallardo un físico

Como el tuyo por varios años

Ganó músculo cada semana

Con más marcada definición

La muerte por otro lado

Es rígida y,

Finalmente como puede definir

Una ausencia con su línea de corte

Ay carece de clase.

 


 

JVC

 

 

Se concentro, como debería,

En el lenguaje apropiado a su pensamiento

Y consiguiendo todas las rimas correctas,

Ejercitando así el intelecto

En tal espacio, de tal manera,

Se concentró en la pasión.

  

Hojas estériles

 

 

Desbordamientos espontáneos de sentimiento poderoso:

Sueños húmedos, sueños húmedos, en bibliotecas congeladas.

 

 

 


Jamesian

 

 

Su relación consistía

En discutir si existía.

 

 

 

 

Planta de jarra amarilla

 

 

estomago en floración

 

rollo de hoja

 

cubierta con pequeñas verrugas melosas

por las cuales la mosca es atraída a colinas

de pastos en el labio de la trompeta

 

hasta que pastando colina abajo

la mosca encuentra la maleza

de pelos casualmente empujados a través

se ha cerrado detrás-

de un matorral de lanzas –dientes de tiburón-

trampa

                  oh ay!

se tropieza, cayendo

de cuarto en cuarto

dentro de la torre verde

haciéndolos ruidosos  

con el zumbido de su congoja

para finalmente deslizarse

dentro del propio oubliette

-piscina que digiere la proteína-

para convertirse en mero

exoesqueleto quitinoso,

restos

 

de un pétalo saciado

la crueldad de una enzima.

 

 


Memoria sin resolver

 

 

 

Tu dolor aún cuelga en el aire,

Moteados filosos de él suspendido,

La voz de tu desesperación-

Eso tampoco se termina:

 

Cuando cerca de tu muerte un amigo

Te preguntó que podía hacer él

“Recuerdame” tu dijiste.

Nosotros te recordaremos.

 

 

Una vez cuando fuiste a ver

Otro con fiebre

En una cama de hospital similar,

Con terrible tos de invernadero

Y terrible escalofrío de invernadero

Que lo empapó y luego lo secó,

Y percibiste

Que tenía que ser consolado,

 

 

Subiste allí junto a él

Y lo abrazaste claramente a la vista

Aunque estabas lo suficientemente enfermo,

Y tenía tus propios miedos también.

 

 


 

Bueno Dennis

 

Bueno Dennis O’ Grady

dijo la anciana sonriente

haciendo una pausa en la parada del autobús oigo

que todavía están rezando por ti

yo lo leí en el boletín.

 

 

 

Su garganta de zarzo se hundió

sobre su corbata cuidadosa y su traje marrón limpio.

No escuche su respuesta,

pero aunque se inclino un poco

sobre su bastón

estaba encantado de estar

afuera en la leve luz de Diciembre

-teniendo un buen paseo, complacido

pareciera ante todas las plegarias

y caminando bastante recto

por su cuenta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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