domingo, 27 de abril de 2025

Un poema Sarah Howe traduce Pablo Queralt.

 


El jardín amurallado

 

Al otro lado de la calle las chicas salían de a tres

o de a cuatro, yendo a toda velocidad hacia las estaciones

 

o a los coches de sus familiares sus siluetas cargadas

con bolsos al hombro y palos de hockey, como mulas.

 

Recuerda dice la tarde; la puerta cerrada

se estremece con fuerza bajo mi mano.

 

Ya está oscuro o está oscureciendo; ese cielo

sobre las hileras de terrazas se oscurecen.

 

 

Va mucho más allá de la imaginación de un niño

camino por el callejón donde los taxis

 

cortan el paso tras los luminosos laboratorios de ciencia

sus alfeizares de plantas arañas en tarritos de yogurt

 

entre los enormes cilindros de cristalería

como pigmeos contemplando monolitos.

 

No puedes caminar al otro lado porque el jardín

amurallado se encuentra directamente en la carretera

 

en saltos de asfalto salpicados tras la lluvia;

la cuneta abierta se llena de hojas.

 

 

Como para escuchar los árboles colosales se asoman  

a la calle rodeada de halos de tungsteno.

 

Y me encuentro con otro en el camino: la lenta cinta

de este caracol convierte el asfalto en oro.

 

 


...

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5.

The Walled Garden

Across the road, the girls quit school in threes
and fours, tripping off at speed to stations

or familiar cars, their silhouettes, slung
with shoulder bags and hockey sticks, like mules.

Remember, says the afternoon; the shut
door shudders brassily beneath my hand.

It is already dark, or darkening -
that sky above the dimming terraced rows

goes far beyond a child's imagining.
I tread along the backstreet where the cabs

cut through behind the luminous science labs -
their sills of spider plants in yoghurt pots

among the outsize glassware cylinders
like pygmies contemplating monoliths.

You cannot walk the other side because
the walled garden meets the road direct

in pools of spangled tarmac after rain;
the open gutter choking up with leaves.

As though to listen, the colossal trees
lean out into the tungsten-haloed street.

I meet another on the road - this snail's
slow ribbon turns the asphalt into gold.
...

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