miércoles, 28 de noviembre de 2018

Como ser perfecto- Ron Padgett- Por Pablo Queralt.




Ron Padgett nos entrega un libro con paginas en blanco por debajo de la escritura de cada uno de sus poemas, nos dice anímate a reescribirlo. Como quién olvido, perdió o se les quemaron los papeles con sus versos en ellos, desde ese desgarro, desolación nos convoca en cada una de sus poemas, con eso de lo mucho en lo poco, en esa profundidad nos sumergimos con el poeta a explorar esa dimensión en lo simple, después del trabajo me tomo una cerveza en el bar. Miro el vaso y me siento bien. Nos habla de cuando  descubre una cuarta dimensión: el tiempo. Más allá de lo alto, lo ancho y lo profundo. Dispara ideas a medida que avanza en su poema, como si el resto de la canción no hiciera falta. Va en un avance y olvido-destrucción de lo que va dejando a medida que progresa como un mensaje que al ser leído se autodestruye sin dejar rastros, solo iluminando la mente y la imaginación del lector.
Desde esa dimensión que le permite mirarse y mirarnos, en esa realidad que nos engloba en el poema, en otra esfera más allá de la del tiempo. Monta sus escenas, sus pequeños teatros y se pregunta ¿estuviste ahí?  Y vuelve a la realidad : que faltan 3 días, solo 3 días, en este caso para comenzar las clases, y que fugazmente pasan y ya es hoy, a quién no le ha sucedido esa situación, en que universaliza el texto, nos incluye a todos. Y dice todo pasa con el desfile incesante de rostros que vuelven para verte justo cuando abrís mis ojos. Como que todo pasa entre 2 abrazos de dos realidades, una la del sueño o el imaginario y otra la vida misma, reconfirmando a Calderón “La vida es sueño y los sueños, sueños son”.
Contemplado por el hombre en ese ángulo de la captación como un director de teatro o mejor en la quinética del cine solo para mirar, como cuando estas cansado creando un personaje del cansado o si te vas a dormir y entonces vive el otro personaje, tu yo real que despierta. Como uno va desapareciendo cuando ve, los distintos paisajes, panoramas, como que lo individual desaparece en el montón de la gran ciudad y por eso salgo a verla. Y tal vez allí el que verdaderamente navegue sea ese yo real.
Todo cambia  y no cambia se superponen, en esa potencia y acto como si sucedieran en un tiempo-espacio simultaneo. El éxito es fracaso y el fracaso éxito uno engloba al otro y solo queda lo presente esto que soy, ellos que son. Su filosofía es manteca y servir. Generar conciencia ya desde la simple observación “de lluvia golpean los edificios pero nosotros en nuestros departamentos seguimos secos gracias a los edificios.” Querer ser lo que todos quieren ser, pero por otro motivo, como ser Tío Rico pero no para ser tacaño ni encender un cigarro con un billete de 20.
Sino para ver los billetes brillando como olas por el placer visual estético, mientras el remo los hundía.
En cada escena el detalle de lo noúmenico, aquello que enamora como siempre me interesaron las personas de las películas a las que le tiran un trago en la cara. Como quién sabe el secreto y lo susurra, lo cuchichea a voces. Es el testigo, el delator contemporáneo, lo que es decir en su tiempo es de todos los tiempos, ya que el hombre es universal. En esa fragmentación de sus imágenes guardadas en los bordes, las orillas que lo llevan de un lugar a otro, son el Carionte en la noche, esas moléculas que nos traicionan a nosotros que las hemos amado. Nos tratan como si fuéramos suciedad. Desintegrando las imágenes de toda una vida como diciéndonos ya hemos vivido suficiente. Y es allí donde se confirma lo dicho por William Carlos William, el poema debe revelar un misterio, y al primero en revelárselo es al que lo escribe. Padgett tiene ese don de revelarnos siempre algo vivo que encierra su secreto, esa es su verdadera dimensión.
El poema es un artefacto curioso, empieza y no sabes como termina, a donde te puede llevar como una escalera, según si vas para arriba o bajas, y agrega lo divertido es estar allí o sea el momento de la creación, ahí de pie desconcertado por un instante para saber si es lo que buscabas, y si es realmente el poema para vos.
El bien y el mal no son opuestos, nos dice ¿soy una buena persona? Sí, más allá de cierto punto, y no, más allá de otro. En el fondo, estoy abajo, una especie de borboteo de gelatina negra que no tiene ni idea de lo que esta pasando acá arriba.
Todo puesto en un tamiz de cómo si todo existiera o no existiera al mismo tiempo. Como cuando suena el teléfono y vas a escribir algo en el poema y cuando volvés a la página se te fue, no sabes lo que ibas a poner. Como un lema lo que no ves te ayuda a ver lo que ves. 
Podes ser colectivero, empleado, se te pueden quemar los papeles, lo que sea pero siempre podes ser poeta, y un maestro siempre te puede entregar un cuaderno en blanco para que lo reescribas.



Como ser perfecto. Ron Padgett. Editó Zindo&Gafuri. Traducción Anibal Cristobo y Patricio Grinberg. Prólogo de Edgardo Dobry.  

martes, 27 de noviembre de 2018

El ladrón- Thom Gunn- Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.






Miento y vivo
el miedo en mi cuerpo
algo esta sin limitación
y se acerca


Ningún cerrojo
puede detenerlo
un gusano de niebla
se filtra a través de una grieta


Desde la oscuridad
como antes
crece hasta el cuerpo
en mi puerta




Como un tomador
con guantes y espantoso
roba de esta manera
como uno que amé



El miedo me pone rígido
y una alegría lenta
ante el acercamiento
del muchacho enfundado





Hará él también
lo que ese hizo
desbloquearme primero 
abrir la tapa


y tomar dentro
con una sensación lúdica
tanto mejor
para robar.




 Thom Gunn nació en Gravesend 1929. Del libro El hombre con sudores nocturnos.

domingo, 25 de noviembre de 2018

La tranquilidad- Thom Gunn -Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.





Unos diez días más o menos
Después que te vimos muerto
Regresaste en un sueño
Estoy bien ahora, dijiste.


Y fuiste tú, aunque
Fuiste encarnado de nuevo:
Nos abrazaste todo el rato
Y nos diste tu rayo de bienvenida.



Tan tuyo ser amable
Buscando tranquilizar
Y, si, tan de mi mente
Hacerse segura.


 Del libro El hombre con sudores nocturnos- ed Faber and Faber-






jueves, 22 de noviembre de 2018

CIRCE MAIA UNA POETA Y UNA POETICA  EXTRAORDINARIA. Por Pablo Queralt.




Las escenas que el lenguaje de la poeta va creando como transmisores de lo que subyace, aquello no oculto sino presente pero no a los ojos del reflejo del espejo sino de aquel que posa los ojos en el espejo para adentrarse en las cosas, en esa impresión de las cosas en las palabras con su realidad autónoma para traernos su felicidad, ese a la deriva del deseo, “sobre el mantel después de haber comido –nos habíamos ido todos ya de la mesa- que presencia tan fuerte de realidad y reposo: los vasos en su vidrio, la jarra con su leche tranquila luz cayendo sobre el frío de la loza.”

Esa puesta en abismo de Bonnefoy de estados cerrados de significantes opuestos que a partir de uno a otro producen un progreso hacia una forma de verdad una cámara lúcida de percepción donde transita el ser.

Como breves descansos al subir escaleras
-¿ es ascenso o descenso ?-
como escaparse un rato de las ruedas gigantes
de golpes imprevistos, de un tiempo hecho jirones. 

Y en verdad, no se puede:
un mundo inaccesible que en sí mismo reposa
y no permite entrar porque se quiebra;
un agua remotísima, luciente, fría, pura
que no puede llegar a los labios sedientos.




Lo que interroga la poesía, como limpiando la maleza para reconocer a lo Giacometti, que la realidad quedó en el valle materno y a partir de ahí seremos exiliados viviendo con otros seres destinados a vivir en el exilio para hacer una verdadera lectura del mundo fuera de la mala imaginación, creando un universo- mundo-imagen. Cada palabra con su significante y color llenando esa sinfonía en blanco como diría Mallarmé.



Fragmentos del poema “en el tiempo” del mismo libro

Hay eso que se acaba y sin terminarse
que se queda así, como capullo roto
gajo recién nacido, quebrado, una verde
planta pisada.

Pero hay cosas maltrechas, resistiendo
gastadas sin fuerzas
y sin embargo están, ya ni se sabe cómo
y sin embargo quedan.

Cuando se cortan hilos extendidos
 a tiempos no llegados
se ve desmoronarse
azul y resplandor de luz de agua, nuevo
verde que llegaría
voz que se escucharía
que se hubiera escuchado
y color de mañana silenciosa
desprendiéndose lenta
de noches que vendrían.

Se acaba y borra
hora naciente
de golpe hundida.

En cambio nos quedan, no se van nunca
viejos restos, como hoja arrugada
amarilla de vieja esqueleto de resto de vida
 y se queda.





Ya sabemos que en el poeta están los poetas que han leído como una incorporación análoga a una ingesta en el imaginario inconsciente; en este poema de Caraguatá parecería brotar esa sombra en la memoria sensitiva, enriquecida ahora por la voz de la poeta con cierto resabio machadiano de esos versos de Antonio “y cuando llegue el día del último viaje me encontrareis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo como los hijos de la mar” como disparador tal vez del imaginario de la poeta que monta su propia escena,  su propia verdad como una naturaleza de lo oscuro a lo claro, un instante, abrirse a todo aire, soltarse a toda luz, en palabras de la poeta.




A la hora final
cada uno tendrá su pequeño paisaje
para borrar con él esa penumbra
de habitación de enfermo.

Este trozo de río no está mal, por ejemplo,
para guardarlo así: las costas verdes
rodeándolo, brillante, silencioso.

Y son dos movimientos
mientras el bote avanza
sin ruido, hacia delante,
 la imagen, al contrario,
va hacia atrás silenciosa,
abriendo el pensamiento
y ancla profundamente.

Cuando toque soltar amarras
de una vez para siempre
 el viajero no habrá de ver los muros
–frascos, cama, remedios-
sino este río inmóvil
bajo la luz del sol, resplandeciente.



Su obra poética como ramificaciones de un árbol ramaje de los signos cada uno en su mundo, su casa, que es la lengua en que está escrito, un bosque inmóvil, silencioso una respiración que recorre el raro espejo de las palabras, el silencio de la página en blanco con la gran maestría del que conoce el aire entre las palabras.
La poesía de Circe Maia como un cielo total donde todas las preguntas tienen su respuesta, una forma de comprender desde su imaginario las cosas que pasan y ya son pasado como dice la poeta “lo maravilloso de la poesía que nos acerca a los que estamos lejos”, una herramienta para descubrir, vivir en el mundo de lo sensible.
El registro del misterio, “varios relojes invisibles miden el pasaje de los distintos tiempos”, sistemas que va proponiendo la poeta y siempre cumplen con lo que prometen , hay una levedad de mundo, una respiración con su hálito con su impulso enunciativo que su escritura explora “tiempo lento: las piedras vueltas arena…” como una piel que al mínimo roce absorbe la existencia de las cosas el detalle “tiempo de estiramiento: despacioso invisible, el reloj vegetal de la hora verde, la hora roja y dorada…”  su desintegración evaporación y en ella el punto de contacto centro para hallar su origen, la co-razón del poema o sea el corazón.
 “otra vez se levanta de la memoria
el golpe del remo contra el agua
brilla el arroyo y tiemblan las hojas
en la sombra”    




Este artículo fue publicado en 2012 por el suplemento cultural del diario Punto uno de Salta y de El Pregón de Jujuy en 2013.












martes, 20 de noviembre de 2018

La escritura, lo real es lo desconocido. Por Pablo Queralt.




La poesía provocadora patotera que busca una inclusión una fuerza de ruptura, una naranja mecánica a lo Stanley Kubric rompiendo el aire instalado, creando otros damascos, duraznos, estados nuevos de participación.
Lo real es lo desconocido no la realidad que conocemos, es esa que se ve con la mente aquietada, en esa quietud sin deseos, en ese silencio vemos tenemos ojos para ver y es la paz, no la paz del mundo. Hay que alejarse de las orillas del cuerpo y la mente para meterse en el medio del mar de uno.
Para vivir hay que ser valiente para escribir hay que ser cobarde pero para escribir hay que vivir. El poeta conoce el camino la distancia entre esas dos pulsiones, el verdadero poeta no se pierde en ese camino y eso no lo da el oficio, sino el ser que se suelta y se expresa.
Escribir con la pretensión de escribir para crear un lector sin saberlo y ese primer lector es tal vez el mismo que escribe, siempre hay algo nuevo algo de sorpresa en ese acto de la creación, cierto misterio que no vale la pena revelar, solo ejercerlo, vivirlo nos es dado.
El poema debe aumentar el misterio para entrar en él.
El poema tiene que hacernos despertar.




El poeta debe jugarse, no usar siempre la misma receta sino avanzar en su visión y así todo fracaso es conocer y todo éxito conocer. La celebración de lo inmediato como en Baldomero Fernández Moreno, el poeta del nervio óptico, la transmisión instantánea de lo captado en la mirada tal como decía Borges de F M o una voz que tira puentes por sobre las convenciones y las zonas de sombras como motor hacia otras realidades. Pero en el pre-poema todo esto debe ser abolido, no debe haber receta, pero para eso se debe haber conocido, aprendido todas las recetas o las máximas posibles desde el haikus al soneto pasando por el verso libre, los yámbicos y todas las métricas.     
Acá en el poema a la técnica hay que hacerla trizas, el poema tiene que sangrar tiene que hacerte parar los pelitos, hay que poner toda la carne al asador sino va al fracaso no tiene savoire faire, le falta garra.
El Ready made de la escritura de la mirada esta bien pero debe fluir, ir en los sentidos y en el sentido del poeta y mejor si es de la mirada imperfecta fragmentada en las refracciones de luz de lo visto a través de la pantalla de distorsión del propio imaginario inconciente del poeta. Allí en cada fuga o expansión del yo, delirio al que adhiero y en que viajan las mejores visualizaciones, ideas conceptuales más allá de lo que la mente ordenadora dicta. Esa fuga trae su belleza, su conocer distinto, su ángulo de margen de orilla, su visión periférica abarcadora. 
La poesía debe ser como la vida del hombre que en su camino va revelando pequeños misterios, pero que permanece en la incertidumbre final, la poesía hace soportable el misterio.

Del libro de ensayos inédito Dicho al oído.  




viernes, 16 de noviembre de 2018

Vas a bailar, bailar. El libro de la danza. Goncalo M. Tavares.
Por Pablo Queralt.




Un libro que se mueve, nos remite a un ritmo, las bradi y taquicardias en la voz del autor que hace una marca del terreno donde se mueve. Sabe contarnos de sus disritmias y sus momentos de lucidez. “La historia de la danza no es no puede ser el recorrido de los movimientos trazado del suelo”. A un poeta que le interesa lo etéreo, toma al poema como el aire para ser remontado, esa es su danza: la de los pájaros haciendo su coreografía de vuelo. La máquina es la fuerza que impulsa a la acción, el deseo, las aversiones, el temor, el amor –odio, alegría-tristeza todos los tándems que mueven al ser y son la DANZA. La única técnica es el alma, por y para quién volamos como una unidad, la de esos pájaros (albatros, patos, cornejas) que vuelan en v de modo de resistir mejor la densidad viento/aire y poder volar como una unidad, de modo que el primero orienta, timonea y el resto va haciendo fuerza para que la experiencia, la vida del alma, el volar sea agradable con menos desgaste y compartida en ese todo.
Existe una música en este volar y es la del cuerpo al desplazar su forma libre, no esclava para que se continúe con el ritmo, la danza, en el músculo, el corazón al mismo tiempo la sangre circulando por venas y arterias. Nos dice este libro que nada es posible sin la danza, el ritmo, ese intercambio que nos hace vivos.
El cuerpo y su fantasma como una forma de estar y no estar, un serpentear entre las sutilezas cuando esa energía se desplaza dentro o fuera de la materia, ese ir más allá del descubrimiento, en una inmovilidad aparente que es movilidad, reconocer lo que no se sabía existía.  Dice “el cuerpo debe SER entonces la botánica en el límite del agua el cuerpo es agua, su mayor porcentaje y el ser usa esa danza del cuerpo para hacer su experiencia ¿es que yo me conozco?
Nos plantea todas las posibilidades existenciales como un filósofo andando los paisajes de la poesía, es ser en el ser centro del blanco, ese blanco vacío para ser llenado, página resuelta en ese volver loco al suelo para que la atmósfera pueda dar consejos esa es su forma de conocer, el camino por donde nos lleva con sutilezas este libro de la danza. Es un dribbling permanente y simultáneo completando su abanico de formas un “echar sal en la propia carne y ofrecerse al banquete”, solo se espera la llegada de Platón, Plotino y sus seguidores, el banquete esta servido. La nueva idea de quién danza es aceptarse, la aceptación, somos humanos y nos pasan cosas pero a pesar de las fracturas y las neurosis hay que dejar que los huesos 
respiren, respiro siento y amo como ley fundamental, yo soy. Eso es tener raíces gordas.

Como que la respiración parece no existir igual que el ser y allí esta la verdad. El corazón es lo bello, no debe pasar el pensamiento el puente dejemos respirar al corazón con sus piernas cortas que alcance el cielo alto, parece decirnos arrojar a las personas al secreto, no secretos a la persona como una concepción corpórea del asunto y el cuerpo es la tierra secreta por tanto divino por que es tierra y soplo y aire que vienen del todo, es el todo. El libro va en una cadencia de vacío-llenado ese es el ritmo de la danza, uno se vacía para permitir la entrada del nuevo conocimiento. Pero no va de un polo a otro, sino que pasa por todos los elementos que rigen la vida: tierra, agua, fuego, madera, metal, de tal forma que conforma a lo largo de los poemas una suerte de vueltas de mándala que nos informa de algo que el poeta quiere transmitir. Si observamos la acepción y significado de la palabra danza vemos que se diferencia a la de baile, por ejemplo en la disco se le dice baile, y danza se asocia más a un trasfondo cultural o folclórico, en definitiva transmite un saber, un conocimiento que es lo que hace este libro de la danza. Con sus máximas prohibir la memoria, que la inteligencia sea bella, o sea usada para nuestras propias construcciones y no para las construcciones de la mente, miedo, tristeza, culpas. La danza no tiene memoria dice el autor, El cuerpo comienza ahora en el momento en que termina.  Podríamos decir Carpe diem o vivir el presente que es lo único que existe, ya que pasado y futuro son meras elucubraciones de la mente, como manifiestan casi todos los maestros espirituales. Es una danza de la energía en la materia, la del compuesto sustancial completo cuerpo, mente y espíritu.
Danzar a pesar de las averías, las ideas viene de afuera, de adentro? Las evidentes vienen de afuera, las profundas de adentro, aclara el autor.
Personifica los órganos con su existencia el corazón es el último órgano. Después esta la muerte.   
Sigue arrojando sus máximas “cada movimiento debe aumentar el prestigio del cuerpo” respetar el movimiento de las células, como unidad de movimiento, de vida que el átomo no sea perezoso, allí esta la unidad de conocimiento de la vida de conocerse uno mismo.
Gastar las velitas en cada cumpleaños del cuerpo cuyo movimiento cae solo con la caída de la imaginación en ese gastar. Y allí el cuerpo arriesga o colecciona? Nos dice el autor solo coleccionar imposibles.
Y finalmente “la felicidad es más importante que la realidad”, todo es movimiento, “el muerto ocupa la muerte el vivo la habitación provisoria, destruir la hipótesis de la fotografía: el cuerpo debe ser más rápido que la imagen.”


 libro de la danza-  goncalo m. tavares. Editorial zindo&gafuri – traducción Aníbal Cristobo. 2017.

lunes, 12 de noviembre de 2018

La tranquilidad- Thom Gunn- 
Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.




Unos diez días más o menos
Después que te vimos muerto
Regresaste en un sueño
Estoy bien ahora, dijiste.


Y fuiste tú, aunque
Fuiste encarnado de nuevo:
Nos abrazaste todo el rato
Y nos diste tu rayo de bienvenida.



Tan tuyo ser amable
Buscando tranquilizar
Y, si, tan de mi mente
Hacerse segura.


sábado, 10 de noviembre de 2018

El hombre con sudores nocturnos- 
Thom Gunn- Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.





Me despierto frío, yo que
Prosperé a través de sueños de calor
Despierto a su residuo,
Sudor y la sabana que se aferra.

Mi carne era su propio escudo:
Donde fue desgarrada se curó.

Crecí mientras exploraba
El cuerpo en que podía confiar
Incluso mientras yo adoraba
El riesgo que hacía robusto,

Un mundo de maravillas en
Cada desafío a la piel.

No puedo más que lamentar
Que el escudo dado estuviera roto,
Mi mente reducida a la prisa,
Mi carne reducida y destrozada.


Tengo que cambiar la cama,
Pero en vez de eso me encuentro

Parado donde estoy
Abrazando mi cuerpo hacia mí
Como para protegerlo de
Los dolores que me atravesarán


Como si las manos

Fueran suficiente para contener una avalancha. 

Libro El hombre con sudores nocturnos- Editorial Faber and Faber.
A un estudiante graduado muerto- 
Thom Gunn- Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.




Todo el rico proceso de trenzado opuesto,
Zarcillo redondo tallo, se desarrolla en tándem
A través de exquisitos detalles enredados que se tejen
A una promesa única-
                                   frenada al azar
Matada, desperdiciada, que maestro habrías sido:
Tu mente, impaciente, fuerte, tu aspecto florido   
Habrían seducido a los de atrás donde jugaban,
Rebeldes como tú, para compartir tu amor por los libros.





miércoles, 7 de noviembre de 2018

Néstor Groppa. ANUARIOS  PARA SIEMPRE.
Por Pablo Queralt.


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Néstor Groppa marca una forma de escritura diferente, su forma de describir la cotidianidad de su lugar en relación a situaciones internas propias de la vida de cada uno. Su modo literario “anuarios” donde publica sus poemas construyendo la obra, la colección detallado el año día y lugar y mes describe la atmósfera de su lugar Jujuy y es pintada por las letras del poeta en una estética luz de cine con imágenes frágiles y potentes utilizando  la paleta de colores en la gama de los ocres, los terracota, naranjas, azules en ese ir y venir de río, de polvo luz de los mediodías y de los personajes que atraviesan las calles, plazas, sus copas verdes de árboles entre los frutos y las flores, los tamales, el humo de las humitas, los platos de empanadas su olorcito que se percibe como una música de fondo. 
La palabra dio su leche y cada una empieza a estallar cada una con su pequeña escena haciendo silenciar todo llegando a su techo, a ese cielo Groppa con sirenas de río y cerros de colores, ese canto de la puna, flautas de Tilcara y viento norte en Pumamarca.
Hay algo de T.S Elliot o tal vez W.C.Williams en su poesía en esa observación aguda de poeta en las cosas en su lugar, en el revelar el secreto de Jujuy ciudad y pueblo, el comerciante de almacén, el viajante, los obreros en las distintas zonas del día, el amanecer, el almuerzo, el aire de la siesta, el anochecer.
No hay nada que tocar en su obra -y por supuesto que en la de ningún artista- el poeta de Jujuy  aunque de origen cordobés intercala propagandas, fechas de cita del poema, algún comentario que funciona como parte estructural y vital de la obra y no como añadido o anexo excluible sino como algo novedoso y de valor artístico que ilumina no solo estéticamente su poesía sino como informe de situación de época. Ya W.C.Williams había realizado una práctica similar en sus poemas en el libro que escribió a lo largo de toda su vida el Paterson, intercalando poemas con noticias y notas de actualidad del diario. No es un calendario el poemario de Groppa que esta en el orden de una forma, escenografía peculiar y atractiva tal vez como una manera de no descartar material y para que quedé registrado como trabajo presentado en forma de archivo abierto o libro abierto de la mente y el sensorio que atrae al ser mirado para ser observado, leído como una energía en otra interactuando en el cuerpo de otro con esa información de las esencias que capta y nos brinda Groppa en su escritura, que como el viento no se sabe de donde viene adonde va.




En cuál pliegue del sueño de la sala, habrán quedado las imágenes? Las imágenes estallan como flor del aire; como una filigrana fugaz de luminosa plata; como brillo solamente brillo, fulgor….

Pag 105 anuarios del tiempo  1980 1982


Voy de papel en papel. Tanteo el tiempo, esos tiempos siempre solitarios y arenosos en remansos de fragancias. Regreso. Tal vez otra mariposa, puro tiempo dejando la ceniza del número de sus alas….
  AVISOS 
NECESITO MASITERO
 pastelero, maestro amasador oficial panadero
PINTE
Su casa y pague con muebles usados

Pag 30 anuarios del tiempo 1960 1995  siempre por Groppa 2-3-96  12.00



El poeta no abre un rectángulo de una ventana hacia lo que nos cuenta y ve, no, él está ahí in situ en el lugar compartiendo ese aire, ese lenguaje, ese intercambio- transacción de realidad en poema realidad del lugar, son cuerpos palabras con vida, las palabras y las cosas como nos dice Foucault o mejor las palabras en las cosas allí en el lugar o en esa translación a distancia en el momento de magia, del cambio y el poeta esta allí esperando que se produzca.


Me olvidé como llegaba la primavera a estas calles
de tierra anchas y desiertas; la manera que tenía de otorgarnos las flores, ordenar golondrinas y alegrar los espejos, los pasos los ecos por la casa.

Qué olvido el mío no recuerdo los ojos de las niñas, su atisbar enamorado y reprimido; su rubor al ver ángeles desnudos….
Anuarios del tiempo ed buenamontaña 2004.

Pero también trata de abrir grietas para ver que hay detrás, es una escritura de realidad y de trasfondo que se bate entre esas dos tensiones trasladando, no reconstruyendo, ni restaurando, su mundo es mas óptico y a partir de ese terreno intertextuado realidad-trasfondo crea el paisaje de la sensación, no solo en el aquí y ahora sino en la universalidad en ese ir o solo ver en el estar más allá de lo que la mente nos quiere mostrar.  

Es una poesía de contemplación activa como la de los pintores, ese movimiento de ir a la invitación de la hoja en blanco en la intensidad de su escritura en un lenguaje no creíble, sino verdadero que nos espeja en su agua, se explica solo y lo hace a través del sensorio en que el poema nos alcanza.


Sé que los barrios, son la segregación natural del rollo, de los legendarios tajos y reveses y del monolito recordatorio de la plaza principal de la ciudad. Y, también que yéndonos las luces de esas últimas casitas en los lindes del descampado con sus túmulos de altamisas hinojos y fragante encalar, nos hacen pensar en la incesante reproducción del barrio hasta que su núcleo se convierta en ciudad formal, la que siempre quedará rodeada de una tenue neblina arrabalera y campo como un chal de luciérnagas y fogatas adheridas a la espaciosa y solitaria conversación del tiempo.

 pag 39 anuario del tiempo  nombres del tiempo 1960-1996 ed buenamontaña 2004.


Publicado en el suplemento cultural del diario El Pregón de Jujuy. 2014.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Improvisaciones. Thom Gunn. Traducción Pablo Queralt y Agustín Etchebarne.




Dije que nuestras vidas son improvisaciones y sonaba
poco rígida, liberal, en definitiva una buena idea.
Pero ese tipo de cosas es difícil de mantener:
culpable si le doy solo a los que se ven bien decidí
darle una moneda cada vez que lo veía, qué joven tan feo
cara ancha, labios redondos y agrietados, gran frente
rayada por pelos grasientos. Un día él dijo
“siempre cumplís”, y lo hago, y lo hice,
excepto esa vez que él tenia un berrinche
golpeando a una mujer, todos alejándose
yo pretendiendo no verlo, avergonzado. Casi siempre
se posa en la acera implacable, caga
detrás de los arbustos en el parque, rara vez llora
duerme vendado contra el frío, acurrucado
sobre sí mismo como una criatura salvaje,
su agilidad mental totalmente empleada
en buscar cigarrillos, drogas, bebidas,    
o el precio de ding dongs, esquivando peleas con cuchillos,
esquivando locos y policías, su existencia
pavimentada con detalles como una épica imagista,
el único discurso impreso en tiras de periódicos
ninguno de los cuales lleva la palabra improvisación.


 Libro El hombre con sudores nocturnos. Ed Faber and Faber. 



jueves, 1 de noviembre de 2018

Thom Gunn-- Traducción Pablo Queralt y Agustín Echebarne.





Subibaja

canción

Las noches son oscuras.
Jugamos subibaja
En el parque.

Mírame a mí
Y a mi amigo
pecoso
Al otro lado.

La tabla brillante
Entre mis piernas
Los pies flexionados hacia abajo
En las ramitas.

Me agacho cerca
Al suelo
Hasta que es hora:
Destinado a subir.

Piernas sueltas
Piernas apretadas
Caigo como la noche.

Como una balanza
Dar y recibir
Recibir y dar  
Mis piernas duelen.

Entonces terminamos
Como  comienza
Nos bajamos
Y ninguno gana.


 Del libro El hombre con sudores nocturnos- Editorial faber and faber.