Pier Paolo Pasolini
UN REALISMO DE LO REAL. Por Pablo Queralt.
Pasolini es el
cineasta, el poeta, el fotorealista,
es todo esto casi psicodrama en el despliegue
de situaciones, escenarios de fondo, tules casi mar oscuro y los celeste cielo
entre las lilas turmalinas del atardecer que monta el escritor del Freuli. Bien
conoce las escenas y los dialectos que impulsan a las personalidades del
muchacho onanista, la del pederasta, la del viejo rico, el de las putas del
puente, de los pescadores del tiber, las playas de ostia y los mercedes de la
autopista, el pasajero en Roma Termini, las palomas de piazza Navona todo
abreva en sus espaldas ese teorema que lleva adelante la vida de un hombre como
una remake de un Ungaretti propio creado y recreado.
Los poetas herméticos
Ungaretti, Montale, Quasimodo que nada tienen que ver con la poética Pasolini
al borde de la prosa, esa prosa poética que lleva adelante en claro oscuros
como iluminador de cine o mejor de reallitis o televisión a lo Alberto Migre o
como nouvelle de Manuel Puig, todo ese arte también está en el inconsciente
literario del poeta y cineasta en su tradición poética inmersa en su esencia.
Escenas y
escenografía por detrás que monta Pasolini en sus textos en palabras que abren
interioridades que recorre ¿el poeta? ¿el cineasta? cámara en mano haciendo del
poema un travelling plano a plano, capa por capa en las líneas del lenguaje
ortodoxo o dialecto pero siempre en palabras firmes con carácter y todo su peso
pintando personalidades, arquetipos, dramas sin limites con la más doliente
crudeza. La del adolescente que sube las escaleras de la casa despacio y a
oscuras para no despertar a su madre que esta en la cama desvelada en la
madrugada esperando que llegue su hijo, pintura de situación escena y dos
arquetipos la de la madre y el hijo, esa relación como tantas otras la de los
viejos campesinos, la de la maestra los muchachos, los pequeños burgueses, los operarios, los
pescadores y tantos más pero siempre como en sus films usaba actores sin
experiencia gente común así análogamente sus palabras que operan o son material
de la misma pasta que reproducen o trasladan, trascriben de manera lo más
realistas posibles esa sencillez de espontaneidad, simpleza de verdad. La
relación filial también padre- hijo “el padre llega, espía, lo sorprende,
corrompe a la chica, se queda mirando detrás de la puerta, descubre lo que el
hijo tiene sin misterio, como cada uno tiene, y sin embargo es en él
insoportablemente misterioso. El padre no puede vivir después de haber visto
aquel amor.”
Toca todos los temas
con la más natural de las naturalidades sin prejuicios, preideas o tabúes como
algo propio de la vida. así cada cosa.
Su nostalgia siempre
presente como una falta de algo que se pierde ni bien se vislumbra pero siempre
es vacío, nunca se tiene algo, ese algo que comparte con Federico García Lorca
ese sentido de carencia de falta de completud en las cosas “tendré siempre
la nostalgia de aquella poesía que es acción por si misma, en su apartarse de
las cosas en su música que no expresa nada más que la propia árida y sublime
pasión por si misma.”
También sus retratos
en playa de Ostia o piazza Navona.
Sus palabras como
dijimos como sus actores no son profesionales son verdaderos reales, soberbias
marca de presente de situación que pueden vivir en cualquier calle mientras
lees el libro, como que pagina y calle ciudad, campo y escritura están en un
mismo plano de realidad, que se puede pasar instantáneamente de uno a otro sin
casi notarlo. Un realismo de la inmediatez: todo es ya en esa realidad transmitida
en el verso y la imagen.
La emoción Pasolini
la crudeza, fortaleza, rabia domesticada, como un teorema del cielo y tierra uno
en otro. Cada verso poema pasa como nubes, prados del deseo más libre, natural,
total que traspasa los limites de la moral de lo socialmente o moralmente
correcto. “La poesía de Pasolini como un vinculo crítico entre el hombre y su
entorno” dice Arturo Carrera en prologo de Quien soy, texto de Pasolini. .
Conocedor de cada
región de su Italia, el Veneto, el Friuli, la Toscana, cada aire dialecto,
idiosincrasia, comida del lugar. Es un pintor de luz oscura Rembrandt con
pincelazos rojos escarlata, la fuerza de la moto y el ardor de la grappa
alimonada en interacción con los sentidos, los pensamientos más profundos de la
gente, así todo esto es motivo de poema para su poesía que vive la vida como un
film, libro en un mismo compartimiento no estanco sino abierto a los nuevos
ritmos, voces nuevas. “Pasolini niega la poesía y al mismo tiempo la purifica;
la lleva a su causa más ignota: ética de una abolición de nosotros mismos (como
en Ciorán, como en San Juán)” dice Carrera.
Madre despierta ,
pero no grites silencio,
ya desvelado tu
hijo ha encendido la luz
en el cuarto con
los muros desnudos.
Mira la silla
negra
con la ropa de
cera y sangre,
las vigas pintadas
de cal
ratones en el
lavamanos.
Su muerte un golpe
en el granero,
lo ha despertado
en su infierno,
un golpe del
granero en su corazón
y ahora un gran
silencio adentro y afuera.
- del libro La mejor
juventud- traducción de Delfina Muschietti.
Sus mejillas eran
frescas y tiernas y quizás eran besadas por primera vez. vistos de espaldas
cuando giraban para volver al grupo tierno, eran más adultos, con los sacos
sobre los pantalones ligeros.su pobreza olvida que estamos en el frío invierno.
Y yo aquí con esta
astilla inmaterial en el corazón, esta involuntaria conciencia de mí que se
reaviva en el instante de estación que cambia……… ah seguro alguna cosa que se
echa a perder. Esta flor es signo en lo más íntimo …
Traducción Delfina
Muschietti
Es el poeta del Dante
moderno, el poeta de las cenizas que nos
dice quién soy con su compromiso por la lucha política social, la vida que
escribe como un documental uniendo sílabas, palabras para decir aquellas cosas
que no se dicen o intuimos que nos dicen
y están ahí latentes como en el silencio de las cosas, las miradas de la gente
que calla y que él lee en ese idioma que nos traduce imagen por imagen “eso que
nos retira a cada instante del mundo”. Así la escritura Pasoliniana
describiendo escenas de época luz del atardecer en plazas del Freuli, Roma, los rostros resecos por los
veranos en los campesinos con un realismo de lo real, no neorrealismo italiano.
Es una realidad en otra realidad la de la interioridad, la personalidad y la
del entorno ciudad, campo esa interacción que lleva a modo de documento de
época situación, historia de su vida que cabe en la página de un poeta que el
Dante invitaría a su cielo.
Publicado en el suplemento cultural del diario Punto Uno de Salta y El Pregón de Jujuy. 2012.