UNA
FORMA DE LEER A ASHBERY por Pablo Queralt.
Publicado en el suplemento El Pregón de Jujuy en 2013.
Al acercarnos a los textos de Ashbery en ese
desorden y velocidad de las palabras encontramos la unidad del sentido que
produce arcos de imaginación con ideas expansivas como flechas que siguen con el
fluir del río del caudal de la escritura continua que no se detiene en su ruta.
Y en ese fluir se revelan las zonas secretas se descifra la experiencia. Como
dice Ashbery: escribe no de lo que le pasa sino a partir de lo que le pasa, la
experiencia de la experiencia y allí en sus textos lanza varias líneas de ideas
en simultaneo como pájaros al viento o utiliza la escritura casi automática
armando la estructura del camino literario Ashbery por esa zona que se desliza su sentido, ya
desde su libro “Como un proyecto del que nadie habla”“autorretrato en espejo
convexo” dedicada al pintor Fransceco Mazzola, el Parmigiano o hasta “”Por donde vagaré”.
No es necesario comprender el significado de
las palabras sino solo resta escuchar el rumor del mar en la escritura, ese
murmullo, que transporta el poema en su camino onírico, sigamos el sueño de esa
asociación de ideas de ese fluir de la conciencia cabalgada por los sentidos a
partir del hecho, de lo que sucedió que desprendió el camino que sigue el poeta y experimenta,
degusta y realiza en el poema que concluye
y se cierra con la lectura del lector.
Entonces vi brillar otra vez la llamarada.
Ayuda, dije, quiero que me saquen de aquí incluso más que tú. Era yo una
hermosa luz titilante al final de un túnel, y entonces alguien me deseo esto.
Ayúdame a olvidarlo por favor.
Al volverme del resplandor hacia el
cubrecama, vi que con nuestros defectos todos somos maravillosos gracias a
ellos, hay letras en el alfabeto que aún no conocemos, pero cuando demos con
ellas conoceremos el lustre de las cosas sin apoyo, habrá podido nuestra
negatividad más que nosotros, y nos vendrá el bien.
……
los chelos les ofrecen apropiado alimento
sobrio
a las violas que aspiran a algo más
elevado,
que no aparece al final del mapa .Vamos por
la avenida familiar
que lleva a la
ciudad y unas gotas de lluvia hacen cosquillas arriba a las hojas.
Como un incendio forestal en una jungla sin
nadie que lo observe, esta brisa marina me libera de la nube del saber.
De por
dónde vagaré traducción Daniel Aguirre
En ese itinerario va creando redes paralelas
que se articulan con su voz como luces rápidas que prenden y apagan o como
cuando el subterráneo se para entre dos estaciones y surge cierta desdicha,
temor como puntos de fuga. Los cambios de ritmo bruscos pero también la
persistencia en la continuidad de la experiencia del libro del viaje ese
desprendimiento, metamorfosis a partir de la experiencia, la vida que nace a
partir de la vida. Zonas o momentos en la lectura de una estética sin entender
pero que tienen el sabor de lo bello en sí, como el secreto que no se deja ver.
Digamos que la lectura de Ashbery implica o
requiere un esfuerzo o ejercicio de adaptación, pero cuando se adquiere ese
estado o timing nos da muchas satisfacciones y placer. Y por esos pasajes o
grietas que permite la lectura entramos a un mundo que nos convoca a un
universo de otro sentido de la escritura, como Ashbery decía su escritura era
una conciencia individual enfrentándose con un mundo de fenómenos exteriores.
Con rasgos característicos como cambio de tono, de voz del narrador elipsis,
cambios de puntos de vista para dar una impresión de flujo. Decía “intento
utilizar las palabras de forma abstracta como un pintor abstracto utiliza la
pintura”. Con una musicalidad que lleva al argumento en forma convincente hasta
el final queriendo reproducir la capacidad que tienen los sueños de
persuadirnos, de que existe una relación oculta
entre objetos dispares.
El primer año fue como helarse. Luego el
pastel empezó a surgir de nuevo. Alguno que estuvo bien, excepto que olvidas la
dirección que estas tomando. De repente estas interesado en algo nuevo y no
puedes saber como llegaste hasta aquí. Luego esta la confusión que emerge
incluso de la felicidad, como humo.
Todo acaba gastándose. No dejo de
repetírmelo pero nunca puedo llegar a creerme a mí mismo aunque otros lo hagan.
Aunque las cosas lo hagan. Y las cosas que ellos hacen como debate de la seda o
cierta parada glótica en tu voz ……. Cada
uno es un puerto que desearíamos alcanzar una vez más antes de morir.
Eso es lo que viene con la edad pero con no
envejecer. Las piezas de la descomposición quebradas en los bolsillos la
postura que adoptamos para hoy sabemos perfectamente que es el alumbramiento
del ayer y su madura predicción.
De “Una ola” traducción Ignacio Infante
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