Secretaria de ensueño
Lo último de cada noche, salir a la luna.
Ponte el abrigo viejo, cierra la puerta del jardín.
Enrolla mangas viejas. Brazos oscilantes. Pobre alma.
Piensa en la puesta de la luna. Salida de la luna. Todo funcionando
según lo programado.
Mundo en blanco y negro. Camina por el carril.
Lo último de cada noche. Busca la luna.
No hay señales más que lluvia. Casi de vuelta a casa.
Una última más rápida. Mira hacia la luna.
Ojos despojados de las tinieblas. No puedo evitar notar
El pequeño resplandor de la lámpara de escritorio.
Como desde la ventana de arriba.
Hombro de mujer. Ahí está ella.
Muy vieja pobre alma, tal vez ya se haya ido.
Lo último de cada noche, enciende y apaga.
Enciende y apaga. Pequeño halo de antorcha de mano.
Ahí está ella. Lo último de cada noche.
Dejando ver solo la luz de una manga blanca.
A veces la luna es más una ventana de arriba,
Cortinas no del todo corridas pero iluminadas por dentro y habitadas.
Y a veces la luna es menor y
A veces se mueve detrás y a veces se ha ido.
A veces es la luna. A veces es la lluvia.
Observador de aves.
El observador de aves se mueve en silencio,
Viendo su camino en la oscuridad.
De garganta blanca, patas abiertas
Se balancea con las cañas,
Viendo los nados en sus cocinas.
Toda la noche la policía penetrante silba zarapitos
Están buscando en las marismas,
Manteniendo el río en alerta roja, pero se arrodilla
Indescriptible en su piel
De un cabo a otro
Sus ojos azules se deslizan sin parpadear.
El ve todo:
El zampullín que esta cerca debajo de la maleza,
Las aves zancudas descansando sobre taburetes plegables a lo largo de
la línea de la marea.
Todo hasta el más mínimo susurro
De patos metidos en la almohada
Y comidas retorciéndose bajo las piedras,
Hasta el estremecimiento del ala un búho
Moviéndose a través de las estrellas
El escucha perfectamente…
Al fin en agua baja se pone en pie,
Recordando sus pesados pies.
Ahora salpica a través de los campos de juncos celestiales
Y los innumerables estanques del amanecer…
A sus espaldas hay veinte diosas diminutas
Lavando sus vestidos en las olas.
Y las palomas en el bosque
Aplaude despierto cuando camina.
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