jueves, 7 de mayo de 2020

LA PUERTA BAJA Yves Bonnefoy. Traducción Pablo Queralt.





Ellos fueron expulsados, ellos han errado todo un día. Y ahora, en la hierba profusa de este extremo de mundo, allí delante de una grana casa, todo en la lejanía una granja que parece abandonada, todas sus persianas cerradas. Pero ves, allá en ese cobertizo, esa puerta baja casi abierta! Nosotros podemos forzarla y entrar. Baja la cabeza, quieres?


Una puerta? Por las ranuras de las maderas, ellos perciben árboles que son los mismos que aquí donde ellos dos se encuentran todavía, el mismo follaje frondoso casi bajo el mismo cielo; y si la puerta resiste bajo su empuje, es por que del otro lado ella es cubierta solo de malezas que son semejantes a aquellas que en el mundo que ellos dejan raspan sus piernas desnudas, sus rodillas.


Bien familiar para otros, esta puerta baja. Ello les recuerda su casa de infancia, y ese gran sector del extremo del jardín donde el anochecer cuando todo  se hace amenazante gris y oscuro, los amantes se refugian antes que se los llame para cenar. Había en ese jardín de atrás una pequeña casa dejada en ruinas, ellos se escondían ahí. Yo me deslizaba acercándome, y tu me seguías. Nosotros estábamos entonces en una sala muy baja, con un techo desfondado y una viga en estado a medio derrumbarse. Nosotros nos extendimos al sol, en la paja seca, perfumada.


Sea! Pero aquí la puerta franquea, esa puerta baja del último día. Ah eres tu? Has crecido! Se hace de noche de aquí en adelante, y esta cabeza que tu tienes toca el cielo estrellado, esas manos que tu tienes sujetando por todas las partes a las cosas extrañas en la noche, tus ojos que son de un color desconocido buscando los míos: y yo tengo miedo!
Tu te acercas a mí y me dices “Ven”. Y el nos hará caminar mucho tiempo, caminar tarde, en ese otro mundo, hará frío.


De uno al otro nos decimos, quién eres? Que nombre se guarda en el abismo? Que le quedará de brillo, un resto de hierro, piedra, en ese poco profundo arroyo, cerca del cuál nosotros oramos sobre la paja caliente en un escenario de otro siglo abandonado en la ruina.       




1 comentario: