domingo, 8 de septiembre de 2019

BRAZOS QUE SE ABREN. Y. Bonnefoy. Traducción Pablo Queralt. 



Delante de la alcoba una cortina al que un gran cielo tormentoso, con el viento, mueve sus pliegues hacia el fondo de la habitación vacía. Este decorado, de palabras, incluso frases, entre las que hay una figura pintada, de una joven mujer con cara triste, con su corpiño bordado de pequeños frutos y flores. Quién sería ella, aquí en mi infancia, una entre otras, revivirá ella?  Si, ella se mueve, con sus brazos abiertos, ella se inclina sobre mí, pero una mano Dios sabe donde, no la veo, descorre la cortina, hace deslizar esas palabras unas debajo de las otras. Ahora nada más que escarlata, parece sangre, por todos lados dentro del pesado paño.




Y que ocultaba el decorado? Pero es una cama! Donde el cielo y la tierra duermen en los brazos del otro, casi desnudos. De hecho esta oscuro, no me sorprende, en esta casa donde estoy de regreso después de tantos años. Y la Osa que aparece tarde en la vida, la constelación más bella, baña pensativamente con su fuego al hombre y a la mujer de esas estaciones de antaño. 

Del libro Perambulans in noctem. Y Bonnefoy.

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